Poco coherente ha sido el gobierno del presidente Duque entre lo que promulga ambientalmente a nivel internacional y su forma de actuar dentro de Colombia.
De un tiempo para acá el primer mandatario se ha embarcado en una agenda medioambiental importante alrededor del mundo. Múltiples viajes ha emprendido en los últimos meses con la misión de promover un discurso de protección de la biodiversidad y la lucha contra el cambio climático en donde el país sea el abanderado. Esto no solo por sus condiciones privilegiadas en términos de flora y fauna, sino también por los riesgos que corre una nación como la nuestra frente a las calamidades ambientales.
Sin embargo, todo parece quedarse en un discurso de puertas para afuera, porque de puertas para adentro la cartera encargada de velar por la protección del medio ambiente está teniendo una actitud poco transparente frente a la ciudadanía.
Empecemos por la falta de comunicación por parte del ministro Carlos Eduardo Correa, quien es poco dado a hablar sobre el accionar de su cartera. Ni qué decir del viceministro Francisco José Cruz Prada, que poco explica los decretos que firma y que tiene a la comunidad internacional y a los defensores del medio ambiente con los pelos de punta. Pareciera que la estrategia de ese ministerio fuera poner solo de vocero al viceministro Nicolás Galarza a que responda públicamente por lo que sucede ¿Y el resto qué?
Pero no solo la falta de comunicación es un problema, sino las actitudes que ha tomado el ministerio frente a otros países que han expresado su preocupación por lo que viene sucediendo en Colombia con la deforestación. En las últimas semanas, el embajador de Alemania, Peter Ptassek, expresó a través de su cuenta en Twitter su intranquilidad sobre la deforestación en la Amazonía y la cifra record que se había registrado en ese sentido en enero de este año. Así mismo lo hicieron las embajadas del Reino Unido y Suecia, entre otras. Pero más se demoraron en escribir las embajadas, que el ministerio de Ambiente en reaccionar. Un reclamo interno por esas declaraciones públicas no se hizo esperar.
¿Por qué le molestó al ministerio que se dijera públicamente que hay preocupación por lo que viene sucediendo este año con la deforestación? Es cierto que Colombia es un país soberano y que, como cualquiera, no quiere que se le metan al rancho. Pero la defensa del medio ambiente es una preocupación mundial, este es el único planeta que tenemos y la agenda de muchas naciones presentes en Colombia tiene como elemento fundamental la cooperación para proteger bosques y selvas. Es el caso del Reino Unido, Noruega, Suecia, Alemania y Estados Unidos, por mencionar unas cuantas. Por eso llama la atención la reacción que me cuentan tuvo privadamente el ministerio.
Los bosques están ardiendo. El 2022 empezó con un número de incendios preocupante en los departamentos de Meta, Caquetá y Guaviare. Los puntos de calor observados en esas zonas registran los valores más altos en los últimos diez años, según evidencian varias ONG que se dedican a este monitoreo, y por eso la preocupación internacional frente al tema ¿Por qué, entonces, ha molestado a la cartera de Ambiente y sus miembros que se exprese públicamente lo alarmante de la situación?
Este planeta lo protegemos con una agenda transparente, no con una estrategia de comunicaciones que tenga vetos, sobre todo cuando internacionalmente estamos vendiendo que somos líderes en la defensa del medio ambiente.