Edmundo López Gómez | El Nuevo Siglo
Viernes, 24 de Octubre de 2014

¿Referendo, subproducto electoral?

 

Noticias de prensa dan cuenta de que  la Corte Constitucional declararía exequible la reforma que introdujo el  Congreso de la República en el sentido de permitir a los ciudadanos votar el referendo en forma simultánea con otra elección; reforma que se propuso para facilitar que el referendo sobre  los acuerdos de paz  de La Habana, tenga  mayor posibilidad de ser  votado  y aprobado en las urnas.

Ha de precisarse, que la legislación vigente señala que el referendo no se  puede celebrar en forma coincidente con otros eventos eleccionarios, y  exige, además, que haya una participación superior a la cuarta parte del censo electoral. Si éste es de 32  millones de electores, deberán concurrir a las urnas  ocho (8) millones de ciudadanos, por lo menos, de acuerdo con lo establecido en el Art. 378 de la Constitución Política; umbral que, sin embargo,  algunos  amigos del referendo por la paz  temen que no se supere, pese a que sería una de las convocatorias más importantes que  se le  habrían  hecho al pueblo colombiano en todos los  tiempos.

Temores que  tienen, fundamento real, pues el proceso de paz que se tramita en La Habana no ha logrado afianzarse en la conciencia de las mayorías nacionales; pero  habrá que preguntarnos sobre la razón de esa postura escéptica  que  hace pensar  en su fracaso o  en un resultado precario en las urnas.

Causaría extrañeza en el mundo civilizado que en Colombia, para salvar el  referendo por la paz, se llegue a la conclusión de que es necesario colocarlo como apéndice de las  elecciones de  autoridades locales, esto es, como un  subproducto de dichas elecciones  y no como el gran motivo para provocar el respaldo de las  fuerzas políticas y sociales de la Nación.

Frente a esa perspectiva gris, los negociadores de La Habana serían, en fin de cuentas, los grandes responsables de la actitud aparentemente negativa del pueblo colombiano; pero, lejos de  condenar  esa actitud, la  interpretamos, en cambio, como censura merecida a la forma como ha venido   tramitándose el proceso de paz, con  prescindencia del Derecho Internacional Humanitario, en cuanto sus negociadores han permitido que se hayan  cometido -y se sigan cometiendo- hechos prohibidos de guerra y de lesa humanidad durante todo el tiempo que lleva de existencia dicho proceso . 

Una paz por arrastre no sería  sostenible, en cuanto, para serlo, deberá ser resultado de una toma real de conciencia del pueblo votante sobre el contenido del referendo, sin amarrarlo a  otras  elecciones expuestas a  influencias non sanctas  y distractoras.   

En efecto, colgar el referendo por  la paz -como si fuere un mico-, de las  elecciones de concejales y diputados, como se ha pensado, produce escalofrío  moral.

La Corte Constitucional, en su  sabiduría, decidirá sobre una reforma que conduciría a que el referendo desaparezca del mundo jurídico colombiano como una institución  respetable.

Posdata.Habíamos escrito este artículo antes de conocer el fallo de la C.C. Según el tribunal de cierre, el referendo sí se puede colgar como un mico de otras elecciones. Sentimos síntomas de escalofrío…

edmundolopezg@hotmail. Com