Eduardo Vargas Montenegro, PhD | El Nuevo Siglo
Sábado, 31 de Octubre de 2015

 

“Necesitamos aprender a lidiar con lo inesperado”

ESENCIA

Otras maneras

La  vida no siempre funciona a nuestro modo ni acomodo, tal vez por dos razones básicas que muchas veces pasamos de largo: la primera, que la existencia es mucho más grande que nosotros, nos abarca y nos trasciende; la segunda, que se desarrolla en medio de la incertidumbre. Sí, es cierto que somos co-creadores de nuestra existencia, desde nuestros pensamientos, emociones y acciones, y que esa co-creación sucede a cada instante, nos demos cuenta de ello o no. Co-creadores, es decir, hay otra multiplicidad de factores sobre los que no tenemos el control y que también co-crean nuestra vida. En nuestras sociedades contemporáneas, motivadas por los resultados rápidos, la búsqueda frenética del bienestar -que no del sano vivir- y la alocada carrera por la productividad, se ha exaltado el control como un valor fundamental. Pero resulta que éste es en realidad una fórmula que nos inventamos para acotar un poco la incertidumbre: nos da unos márgenes de acción, pero no la suprime del todo. Necesitamos aprender a lidiar con lo inesperado, con lo que no sucede a nuestra manera.

La vida se manifiesta en formas misteriosas que los seres humanos a veces no alcanzamos a comprender. Es posible que ni siquiera se trate de ello, sino simplemente de vivirla e ir aprendiendo en cada momento. Esas manifestaciones que no controlamos son las que nos sacan de nuestras zonas de confort, si nos damos el permiso de hacerlo y aprender, o que nos generan resistencias que nos llevan al estancamiento. Lo que emerge en la vida y no se da como queremos nos genera rechazo porque va en dirección contraria a nuestro deseo, que solo valida nuestras necesidades cuando coindice con ellas. Si somos capaces de ver a través del deseo y evitar que se constituya en obstáculo, podríamos reconocer las ventajas que la incertidumbre nos plantea.

Detrás de un no como respuesta se puede esconder una oportunidad de mejora; es posible que no sea un rechazo a la persona como tal, como generalmente lo asumimos, sino la apertura de un espacio de tiempo para cualificar una propuesta, o para crear otras opciones más pertinentes. No todo el mundo nos reconoce como nos gustaría, incluso muchos no nos reconocen. No nos ayudan en la manera en que nos gustaría. No nos aman como queremos. No se dan las cosas en el tiempo que queremos… Las personas nos dan lo que pueden ofrecernos en su momento y lugar; nada de ello lo podemos controlar, simplemente sucede.  Podemos quejarnos de que la vida no nos da lo que deseamos o aceptar que nos brinda lo que necesitamos, aunque nos displazca la forma. No necesariamente tiene que ser a nuestra manera.

@edoxvargas