“El país pide que valores no se negocien más”
El ansia por el poder político alborota los egos. Parece que con tal de ganar la gente está dispuesta a hacer lo que sea necesario para lograrlo. Lo angustiante es que si en el proceso de llegar al poder las personas están dispuestas a infringir o aprovecharse de los vacíos de la ley, ¿a qué estarán dispuestas cuando lo consigan?
Me explico: hay un vacío jurídico que la semana pasada fue muy bien descrito por el magistrado Pedro Felipe Gutiérrez acerca de la publicidad política electoral en la que el país se ha visto inundado ante la inoperancia de las autoridades electorales y municipales correspondientes. Según el Magistrado, la figura de pre-candidato no existe en la ley y por ende los políticos que ponen vallas fijas, móviles, reparten volantes, etc, son ciudadanos que decidieron hacer publicidad electoral. Lo anterior es una clara desventaja para las personas que como yo, estamos en el proceso de lograr una candidatura porque aquellos se toman cuatro meses de “delantera” en publicidad y de recordación en la cabeza de la gente. Aprovechar los vacíos de la ley es una estrategia del “todo vale” que muchos de ellos mismos critican.
Por eso siempre son los mismos con las mismas los que gobiernan, porque juegan de esa manera, porque lo que les importa es el fin y no los medios que en este caso es ganar.
Ese mismo fin que justifica los medios lo usó el presidente Santos para hacerse reelegir y buscar la paz. La semana anterior fueron publicadas conversaciones entre privados que parecen cerrar el círculo de alguna de las entradas de dineros de Odebrecht a personas y empresas claramente relacionadas con el gobierno Santos. El veneno de los dineros de Odebrecht implicó que empresas nacionales recibieran los recursos (prohibidos por ley), que luego se “ganaran” millonarios contratos en entidades del orden nacional y ahí sacaran la plata. Este caso develado en los chats es el conector entre lo que posiblemente sucedió con el Sena, 4-72, RGQ Logistics y Odebrecht. Si las autoridades actúan, ese entramado puede desenredarse. Si no, quienes conocen el sistema y se aprovechan de él, van a seguir haciendo de las suyas para lograr sus fines, que les aseguro, consideran lo vale.
Pero, ahí está el detalle. Por más noble que sea el fin no se justifican los medios. Un mejor país depende tanto de QUÉ se logre, como de CÓMO se logre. No se puede llegar al poder a costa de cualquier medio. Si queremos que los resultados que produce un gobierno sean distintos y de beneficio para la gente, hay que cambiar la manera como se hacen elegir. Tanto para los de derecha como para los de izquierda. Porque nuestro país pide a gritos que el fin no justifique los medios y que los valores no se negocien más.