Los lectores del mundo, seducidos por su prosa, siguen ampliando las dimensiones de su gloria. Así lo registra el primer Mapa de la Traducción Mundial, del madrileño instituto Cervantes: Gabriel García Márquez es el autor de lengua española más traducido en los primeros 20 años del siglo XXI. Alguna vez le dije: no sé si te leen tanto como te quieren. Hoy la duda quedó resuelta. Lo quieren porque lo leen más que a ningún otro autor en el idioma del Manco de Lepanto.
Hace pocos días fui a Barranquilla a visitar a Ayda, la última de la estirpe de los García Márquez. A sus 92 años se mantiene lúcida, conversadora y alegre. Cuando le di las buenas noticias que acababan de llegar de España, me miro a los ojos y dijo: “Gabito lo sabía”. No me sorprendió. Desde el alma guajira de los Márquez se tiene la creencia en que Luisa, Gabriel y Ligia tenían poderes adivinatorios. Cuéntame más, le pedí a Ayda. “Es que Gabito, en los años que trabajó en El Heraldo le dijo a Gustavo: Voy a escribir un libro que se leerá más que la Biblia, El Quijote y El Ramayana.
Ese fue el comienzo de una larga charla. Y, llegamos a Sucre, Sucre, comentando “la infidencia” de Carmen Balcells, quién le envió a Nils Lundkvist, “persona fundamental en la academia sueca para que le dieran el Nobel a un autor de lengua española”, (C.B. Traficante de palabras. C.R. página 393), copia del manuscrito de Crónica de una Muerte Anunciada, puesto que se comentaba que a García Márquez le faltaba una novela. (Recordemos que Gabo se había comprometido a no publicar hasta que cayera Pinochet).
Me enteré de todo esto por un grito telefónico: Busca el libro rápido, tu departamento de Sucre es protagonista en la obra de García Márquez. Era María del Pilar Rodríguez, Mapi, la Gabitera mayor, que me anunciaba la biografía de Carmen Balcells, Traficante de Palabras, de Carmen Riera. Mapi se ha propuesto divulgar la gran influencia del mundo de la Mojana y de las Sábanas de Sucre en la obra del Nobel Colombiano, e incorporar la región en la Ruta Macondo Colombia. Su estudio de Patrimonialización literaria del departamento de Sucre, desde la óptica Garcíamarquiana, es de gran rigor intelectual y pieza fundamental en la cultura Sucreña contemporánea. Se dice que allá no lo han leído y hasta se ignora su existencia en documentos oficiales.
En fin, según Riera, Crónica de una Muerte Anunciada se convierte en factor decisivo en la consagración de Gabriel García Márquez. La obra, en sí misma, ha superado varias marcas. Gerald Martín dice que “la primera edición de Crónica se vendió más que otra novela en la historia”. Y según Balcells “rompió los techos de anticipo por derechos para obra literaria”. Además, entre los entendidos y el público nunca se deja de hablar sobre sí Cayetano Gentile fue una víctima inocente o el machismo de Gabo, según Nadia Célis, dio por sentado que la culpable de la tragedia fue la propia Margarita Chica.
Yo diría que Crónica de una Muerte Anunciada, primero que todo, no es una crónica, ni un relato periodístico. Tampoco es un libelo ni un alegato del defensor ni un memorial acusatorio. Y mucho menos, una providencia de la Magistratura. Es una novela, una corta y gran novela, ofrecida a Sófocles, el autor de Edipo Rey, “la trama policiaca perfecta”.
Finalmente, a Ayda se le alegra el rostro con los recuerdos del Sucre de los años felices…Hasta la muerte de Cayetano…Poco después, la familia se traslada a Cartagena (1951) y me acoge en su casa en los inicios de mi bachillerato.
Como despedida, Ayda le dedica a Carlos Antonio, mi hijo, un libro de su autoría que la enorgullece: Gabito, el niño que soñó Macondo.