Está muy bien que la Universidad de los Andes se sienta orgullosa, particularmente su Facultad de Economía, por el anuncio de los tres premios Nobel para esa disciplina, dos de los cuales Robinson y Johnson han estado vinculados a las actividades académicas de esa Facultad. Se puede afirmar que jamás un Premio Nobel había estado tan estrechamente vinculado a Colombia, hablo principalmente de Robinson, quien no solamente participó en la Escuela internacional de Verano de la facultad de economía durante 20 años, sino que además de haber sido mentor de algunos de sus profesores y de estar casado con una profesional colombiana, ha escrito numerosos trabajos sobre Colombia, algunos de ellos le dan soporte a la justificación que la Academia sueca tuvo en consideración para otorgarle esa máxima distinción.
Creo que el texto más revelador de sus tesis sobre Colombia es el que publicó la revista Current History con el muy atractivo título de “Otros 100 años de soledad para Colombia". No recuerdo otro escrito de análisis histórico político más duro sobre Colombia. Recuerdo que hubo algún debate sobre algunas de las tesis. Y no estoy seguro de si existe algún texto académico que se hubiera referido al tema. Cuando leí el editorial de El Tiempo (16 de octubre de 2024) sobre la "Retoma de El Plateado" asumí que quienes lo elaboraron debieron tener a la mano el texto de Robinson que plantea el descuido histórico de la élite bogotana por las regiones que se traduce en la ausencia del Estado y de sus instituciones más relevantes en buena parte del territorio nacional, que es así la causa de problemas colombianos como las guerrillas, el narcotráfico, el contrabando, el paramilitarismo etc.
Y en la nota editorial titulada Los Nobel y Colombia se refiere al libro "El pasillo estrecho" en el cual los dos Nobel describen a Colombia como el Leviatán de papel, para aludir a la proverbial debilidad del Estado. Así, esta nota reafirma el editorial principal cuando éste afirma "hay comunidades enteras al arbitrio de los violentos y totalmente inmersas en la economía de la coca y la minería ilegal". El Tiempo clama por la urgencia de una mayor inclusión. El profesor Robinson, cuando recibió el doctorado Honoris Causa de la Universidad de los Andes, invitó a los graduandos, con mucha gracia, a romper "la burbuja rola " para ayudar a corregir esta descomunal deficiencia histórica.
Estas afirmaciones tan rotundas sobre Colombia deberían ser objeto de muchas reflexiones y de algunos matices importantes. Pero no se niega la significación del diagnóstico hecho por estos profesores. Debo recordar que en el mejor espíritu académico el profesor Robinson ofreció los últimos años sus cursos en la compañía de ese gran historiador sobre Colombia que fue Malcolm Deas, para que éste presentara simultáneamente sus críticas y observaciones sobre este diagnóstico histórico. No sé si las críticas del profesor quedaron recogidas en algún sitio y de ploro mucho que hoy no pueda el mismo referirse a ellas. Dice muy bien de nuestras costumbres académicas que ambos hubieran concurrido en ese trabajo docente conjunto en un tema de tanta significación.
El tema de la descentralización o del poder regional ha sido una cuestión obsesiva. La propuesta de una Asamblea Constitucional de López Michelsen es un antecedente prominente. La Constitución de 1991 adoptó normas significativas de orden presupuestal y político, la denominación de intendencias desapareció, la Universidad de los Andes creó el Centro de Estudios Interdisciplinarios y Regionales (Cider), gracias a una muy generosa ayuda holandesa. El propio profesor Lauchlin Currie fue uno de sus directores. Es indispensable avanzar en el tema planteado por Robinson y Johnson.