Colombia resiste crisis humanitaria, despertada por desplazamiento tradicional, desde puntos de origen en Venezuela hacia el país, ascendiendo año a año, el número de migrantes a través de Norte de Santander, Arauca y parte de Vichada. En los dos últimos, toman la vía del río Arauca, y en Guajira, la carretera de Paraguachón que cruza el Istmo.
La migración oficial establece que más de un millón 500 mil personas, entre mayores y menores de edad, han ingresado pasando a territorio colombiano por los puentes tradicionales fronterizos.
Los testimonios de desplazados revelan que los puntos detectados para avanzar están en Centroamérica y Estados Unidos, cruzando departamentos colombianos. El movimiento reciente partió de Necoclí- Antioquia, departamento que lo utilizan como vía para alcanzar el área sur del Océano Atlántico; lo ha hecho, casi una década de migrantes chocoanos, para ingresar por Panamá para llegar a Centroamérica.
En Cúcuta, el Ministerio de Salud colombiano ha reiterado vacunación en el paso fronterizo, con presencia de autoridades de los dos países; El objetivo está orientado a mantener campaña de prevención con aplicación de dosis, según origen de vacuna.
Se quiere todo distinto a lo actual, proyectado con experiencia propia, para conservar el rostro de la tragedia en lente fotográfica, televisiva o cinematográfica, como documento de prueba histórica; Mientras la crisis humanitaria, no se extienda.
El servicio en salubridad es inamovible; Requieren intensificarlo en Necoclí, ante el foco de la pandemia. Ahora Colombia requiere creatividad para evitar vacío científico por falta de financiación, para desarrollar, centro de alta tecnología, investigación y aplicación de vacunas, en ciudades y municipios pequeños.
El país renovado puede, sin despilfarro y sin robo a lo estatal y privado; Tampoco rompiendo el tapete de costumbres, por quienes intensifican corrupción ante una tragedia convertida en otro virus en realidad, por elevado número de personas.
Así la carga de desplazados por Necoclí exige control ante temores de incremento marcado por narcotráfico y destrucción de cultivos sanos, tras destrozar hectáreas agrícolas, por presunta siembra de marihuana.
Un neurosiquiatra sostiene que mejor pensar con memoria explícita que agita lo atractivo y creativo, con mente despejada y tranquila; Además, lo malo siempre mezcla corruptos con engaño entre verdades y mentiras, confundiendo negocios o empresas de papel.
Es el trasfondo del otro virus; No puede seguir envuelto en cháchara, a punta de verborrea. Peor si el país intenta reactivar economía desde despachos estatales y privado; Así obligados a eludir lagartos politiqueros de todos los colores y amistades, que aparecen bajo los aires de supuestas campañas electorales.
El desafío debe ser rechazando sabotajes en calle, vándalos pagos y, armados en campos y ciudades. La renovación se consolidará con población sensata y borrón social; sin bandas armadas, asaltos, paros, bloqueos y sin sabotajes.
El otro virus se reveló con vandalismo contra particulares; exige paz y orden, sin heridos, ni saqueos a comercios como los ocurridos en Bogotá, Cali, y Valle del Cauca. Es razón para enfrentarlo con vacuna de autoridad directa de la justicia a fondo.