La reforma a la salud no parece tener norte y si se le llega a conocer, sería funesta y repleta de prebendas para monopolios estatales y privados corruptos, que lo harían insostenible.
Dos expresidentes de la República, César Gaviria y Álvaro Uribe, el presidente del Congreso, Roy Barreras y el ministro Gaviria de Educación, levantaron sus voces de alarma frente a un proyecto, al que aún se desconocen forma, fondo y proyección.
La ministra Carolina Corcho no ha logrado encontrar un alfabeto que plasme el sentido, la profundidad y los objetivos de algo que el país reclama desde hace años. Mucha gente muere, permanece en coma conectada en las UCI o solicitando la eutanasia, ante las deficiencias de los servicios de salud. La ministra no desconoce esta situación, que con valentía denunció durante la pandemia.
El sistema de salud que tenemos no es el peor del mundo. Hay cosas buenas que merecen mantenerse, pero requieren reformas que eliminen vicios y beneficien a la población.
Las EPS se están adelantando a la reforma, con normas y trabas que restan calidad a los servicios, análisis, medicamentos y procedimientos baratos. Al respetable y prestigioso cuerpo médico le imponen autorregulaciones -en precios de atención, hospitalización, laboratorios, medicamentos y demás- para que todo les salga regalado.
Día a día la ciencia descubre modernos procedimientos para las actuales y nuevas enfermedades. Aparecen sofisticados aparatos e instrumentos para descubrirlas con rapidez y salvar vidas, pero la “autorregulación”, impide utilizarlos.
En noviembre se inventaron esta perla: los medicamentos que antes tenían un copago para la primera entrega, excluyendo costos posteriores, ahora son permanentes. Millones de pacientes, no pueden seguir sus tratamientos, porque, no les alcanza su salario, pensión o ingreso para sufragar el copago. Y nada se diga de los precios de los fármacos y las enormes utilidades de los laboratorios.
Por ello, proliferan las Medicinas Prepagadas, a las que solo tienen acceso las clases media alta y alta, que poseen medios para sufragar los aportes a las EPS y el oneroso servicio que prestan -con eficiencia- las Prepagadas. Sin EPS, no se puede tener Prepagada. ¿Habrá algún artículo en el proyecto Corcho sobre este tema?
Estos desmanes se pueden controlar con un “instrumento de resolución de conflictos el en sector salud, similar y más rápido, que la acción de tutela”. Así se acabaría con los abusos de las instituciones de salud.
Si gobierno, ministra y legisladores no encuentran el oriente, la salud retrocederá a la época en que los médicos solo podían recetar acetaminofen, para el cáncer, la fiebre, el dolor de cabeza, la artritis, los cólicos, la gripa, o cualquier enfermedad.
Este medicamento, que sirve para todo, ¿podrá sacar la reforma a la salud y convertir a Colombia en “Potencia mundial de la vida”?
BLANCO: Mil felicidades a todos los colegas, que se la juegan por salvar esta patria, aunque les cueste la vida.
NEGRO: El plan de choque del gobierno contra la inflación, será un paño de agua tibia, si no se bajan los intereses. ¿BR?