“Necesitamos elegir más líderes de verdad”
Hay dos vicios de la politiquería en Colombia que me parecen peligrosos porque perpetúan la corrupción y convierten el escenario político en una simple transacción de favores. El primero de ellos son las actuaciones en cuerpo ajeno. Esos personajes de la política que se ocultan de los reflectores y de las cámaras pero que están moviendo los ‘hilos ocultos’ en algunas campañas para conseguir, con las mañas de marras, quitarle a los ciudadanos la voz que les da la democracia, para poner a sus ‘peones’ en el tablero.
Y es que este vicio perverso trae consigo el segundo de ellos: la de crear clanes que hacen favores y a los que se les queda debiendo favores, en un círculo que se repite y que se encona, de manera que los mismos siguen con las mismas, repartiéndose los recursos públicos sin considerar la verdaderas necesidades de los municipios o departamentos para los que juraron trabajar.
En las elecciones del próximo 27 los colombianos nos acudiremos a las urnas para escoger a los líderes que llevarán las riendas de nuestras ciudades los próximos cuatro años. Es una tarea titánica que tiene detrás billones de pesos en contrataciones, miles de puestos de trabajo para proveer y muchas necesidades que atender.
Los políticos de siempre ven esta tarea como una oportunidad para conquistar contratos, puestos y seguir perpetuando los intereses de sus clanes, dejando de lado lo que los ciudadanos necesitamos.
En las elecciones a Bogotá hay mucho cuerpo ajeno y mucho clan que se quiere perpetuar. Y es inevitable ver a personajes como Alfonso Prada, exdirector del Sena y exsecretario de la Presidencia, con tantas explicaciones que le debe al país, moviendo esos ‘hilos’ y promocionando a esos ‘peones’ en corporaciones públicas regionales. Todo sin llamar la atención, a escondidas y sin hacer mucho ruido. Porque claro, lo importante es hacer sin que nadie vea, sin que nadie pregunte.
Y estamos los demás. Los que lo estamos haciendo sin clanes y de frente. Los que queremos poner la cara y el talento para resolver los problemas de la ciudad y del país con honestidad y transparencia. Los que no queremos construir un clan, ni poner alfiles, ni mover hilos. Esos somos los del cuerpo propio, los que si nos duele de verdad la corrupción y la desidia de los de siempre.
El 27 de octubre necesitamos elegir menos cuerpos ajenos, menos peones. Más cuerpos propios y más líderes (de verdad) interesados en las necesidades no de sus clanes, sino de los ciudadanos.