ERNESTO RODRÍGUEZ MEDINA | El Nuevo Siglo
Sábado, 23 de Marzo de 2013

¿La pluralidad informativa en peligro?

 

"Un tercer canal que es un embeleco"

La Autoridad Nacional de Televisión, ANTV, se ha convertido en  un tortuoso experimento que, como lo hemos advertido, cada vez se parece más e incluso supera al maestro Leviatán de la CNTV. Al golpe de Estado que le quería hacer al Ministro en la Corte Constitucional se suma ahora un revolcón de funcionarios para abrirle paso a una buena porción de quienes otrora manejaban la mencionada comisión. Por otro lado se oyen informaciones de que en los procesos de selección no se verificaron las inhabilidades que podrían tener hoy los actuales miembros de la junta, con lo cual lo poco que quedaba de serio en esta institución se está descuadernando en lentos capítulos, parodiando su Crónica de una Muerte Anunciada de Gabo y lo único que salva en algo la cara de esta institución es la solitaria y objetiva posición del Ministro frente a lo que pasa.

Pero lo más inquietante es que no sólo está en vilo la transición a la televisión digital, o que la ANTV siga vendiendo el embeleco de un proceso de subasta para un tercer canal que no ha sido capaz de arrancar siquiera con la contratación de una banca, o la financiación misma de la televisión pública. Lo verdaderamente grave es que la pluralidad informativa que existe fuera de los grandes canales, la cual depende mucho más de las concesiones de espacios del canal UNO que de otorgar o no canales adicionales, está en riesgo frente al vencimiento inminente de estas concesiones a finales del presente año, sin que la ANTV haya contratado siquiera a la banca de inversión que debe valorar las mismas, y mucho menos haya planteado bajo qué condiciones se subastarán o asignarán estos espacios.

Si bien aquí cabe un objetivo de lucro para el Estado, no debe aplicarse sólo el criterio fiscal que manda la Ley 1341 de 2009, pues no se trata de otorgar frecuencias sino espacios en un canal público, siendo ocupados actualmente por varios noticieros y programas de opinión independientes, y donde de seguro otros grupos de interés estarán muy pendientes de poder acceder a ellos - grupos que sea de paso han estado de compras de diversos medios digitales e impresos y que tienen variados intereses en diferentes  sectores económicos- y que podrían con su chequera terminar desplazando la poca independencia que aún subsiste en estos espacios. Con ello debe desarrollarse antes -incluso de contratar banqueros- una política pública de cara a la sociedad en amplios foros de discusión respecto de los criterios de asignación de estas concesiones y de cómo se garantizará la independencia y pluralidad informativa en estos espacios.

El tema no es de poca monta, la pluralidad informativa es uno de los pilares de la democracia y la actual ANTV, salvo por el señor Ministro, no parece estar para nada a la altura de semejante reto, y menos con la descuadernada en que anda. Es necesario recomponer la ANTV, pero en el entretanto no se puede parar en el empeño de desarrollar esta política pues el tiempo apremia; y lo peor es que se termine prorrogando a la carrera por un par años unas concesiones solo por salir del paso sin resolver el tema de fondo.