Ernesto Rodríguez Medina | El Nuevo Siglo
Sábado, 27 de Junio de 2015

 

“Conexiones afines para entendimiento mutuo”

OPINIÓN ORBITAL

Lecciones para un proceso en crisis

 

ESTA  semana se realizó en Cartagena el 17 Congreso de Andesco, dedicado a analizar los ejes de gestión en los servicios públicos colombianos y en el desarrollo de las TIC. Durante tres días, más de dos mil participantes escucharon a un centenar de expertos temáticos, siendo el más sobresaliente el americano Stuart Diamond, reconocido negociador de fama mundial. Su gran tema, el proceso colombiano de paz. Su consejo: aplicar un  nuevo modelo de interacción humana.

Comenzó advirtiendo que se debe saber negociar con inteligencia y que la forma de hacerlo es acudir a la inteligencia emocional de la gente. Ante todo se debe entender la clase de emociones y sentimientos que están en juego, y que más importante que la realidad es la manera como se percibe esa realidad. Preocuparse por buscar el punto de convergencia de intereses de los negociadores de ambos bandos, estableciendo con claridad lo que los separa.

Es igualmente necesario tener siempre presente en una mesa de negociaciones qué es lo que está ocurriendo y cuál es su contexto. Sobre todo estar convencidos de que no se puede negociar imponiendo poder y alimentarse de rencores y recelos.

El mayor enemigo de una buena negociación es la desconfianza y su mejor nutriente, los deseos de venganza. Estos afanes producen inestabilidad y afianzan los prejuicios. Todo suma energía negativa.

Los negociadores deben saber que los medios de comunicación no están interesados en ayudar al proceso. La mayoría de las veces lo ignoran cuando no lo torpedean. La guerra es la noticia, no la paz. Es así de simple, es su negocio. Y en este campo es donde los bandos negociadores deben buscar que la opinión pública los acompañe, que  haya una comunicación fluida y sin 

lecturas encriptadas. Los negociadores deben sentirse cómodos y no tomar partido desde lo personal, teniendo en mente que son las pequeñas cosas, los detalles nimios y no las grandes y sofisticadas, las que inciden en las situaciones y en las circunstancias de la interacción. La microcultura y no la macro es la que cuenta. En esta forma se va construyendo una identidad común, única forma para establecer las conexiones afines para el cabal entendimiento mutuo.

Teniendo siempre en mente los objetivos a lograr se debe estar alerta para recomponer el rumbo cuando fuere necesario y avanzar gradualmente. Al principio las distancias entre culturas son enormes. Por ello hay que ir por etapas. Ir haciendo el recorrido con pequeños pasos. Dar un paso cada vez y si el otro se muestra reacio acortar aún más esos pasos. Hay que tener en cuenta que a veces una puerta se abre pero porque se rompió la chapa.

La actitud, la credibilidad y la transparencia siempre deberán estar presentes. Hay que ir descubriendo la mejor forma de ir contrayendo compromisos. Calzando siempre los zapatos del otro y apreciándolo más como un adversario que como un enemigo.

 

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Adenda

 

Como los negociadores del Gobierno y de las Farc parecieran estar haciendo todo lo contrario a lo que aconseja este sabio gurú, fue una lástima grande que no hubieran estado sentados en primera fila escuchándolo.

ernestorodriguezmedina@gmail.com