Las cuitas de un rey
La imagen de un convaleciente y acongojado Juan Carlos I de Borbón diciendo “Lo siento mucho. Me he equivocado y no volverá a ocurrir” le ha dado la vuelta al mundo por lo insólita e inédita, pero ha frenado la indignación de miles de españoles que le reprochan al monarca haberse ido a una cacería africana de elefantes, en plena crisis económica. Las históricas disculpas reales se pronunciaron a la salida de un hospital en donde había sido internado, por haberse lesionado su cadera durante sus cinegéticas andanzas.
Era, desde luego, un gesto sin precedentes, pero el monarca tuvo que hacerlo porque la aventura había servido para volver a reabrir el debate sobre la pertinencia de la monarquía y hasta los más exaltados, en este caso la izquierda unida, se había atrevido a pedir la abdicación. Y es que el desatino venía a sumarse a una serie de contratiempos agridulces para la Casa Real, como han sido el proceso al yerno y un accidente doméstico en donde uno de sus nietos se disparó en un pie. Todo esto en una España que no logra salir de la crisis, a pesar de los sacrificios y de los recortes de carácter fiscal -más de cuatrocientos- que Mariano Rajoy ha hecho en sus cuatro escasos meses de gobierno.
Rajoy nos visitó esta semana en una gira relámpago. Vino para estrechar vínculos con Santos y tratar de ampliar la cooperación. Sin embargo, la cosa no pinta fácil, como lo comentábamos la semana pasada, porque la olla española “está raspada” -según su propia expresión- y las cosas aún se han complicado más por culpa de las últimas expropiaciones argentinas de bienes ibéricos. Claro que, al mejor estilo santista, nuestro mandatario les ha recordado a él y a los empresarios que le acompañaron, que “aquí no expropiamos” y que a los banqueros, aseguradores y operadores de telecomunicaciones que tienen en nuestro país sus inversiones “les ha ido divinamente”.
Pero volviendo a las cuitas del Rey es evidente que los españoles se han apresurado a perdonarlo, porque no olvidan sus valiosos servicios a la democracia y sobre todo a la unidad nacional, tan necesaria frente a las pretensiones separatistas de algunas autonomías, y todo esto ha servido para destacar la figura y la preparación para sucederlo que ha venido demostrando el Príncipe de Asturias. Claro que también se ha puesto de bulto, una vez más, que el Rey y la Reina hacen vidas separadas, ya que la reina Sofía andaba por Grecia en visita familiar cuando su esposo se hacía fotografiar, como cualquier Samper, “con el elefante a sus espaldas”.
<ASTERISCOS>***
<INTERTIT>Adenda
<BODY TEXT>El presidente Santos se lució en Cartagena a pesar de lo que diga el expresidente Uribe y la mala imagen de los bochornosos incidentes del servicio secreto de Obama.
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