La ola invernal y huelguística que ha sacudido a Bogotá y, parte del país este año, tiene lenguaje propio con agresión de los manifestantes, desde abril hasta finales de julio. Los despojos de obras de construcción y vías destruidas en medio de basuras envuelven tragedia; no hay seguridad para la ciudadanía, se vive bajo realidad de quienes dejaron su creación, con rayado de paredes a residencias, comercio y monumentos, Además de rayón a automotores.
Es la capital con patanería propia, y perfil vándalo, ocultando varillas, cascos y, herramienta para desvalijar automotores, según arrojan los violentos. Esa es la marca para bloqueos huelgas y paros, reclamando derechos ciudadanos, no tan derechos ciudadanos.
La figura decora el abandono en separadores de avenidas y zonas verdes en principales vías. El transeúnte en automotor o a pie, encuentra alcantarillas destapadas y zanjas olvidadas por acueducto.
El cuadro en vivo lo hacen choques y trancones, por descuidos en remoción de escombros, regados en garajes ocupados por huelguistas; hoy son avenidas para salto propio en automotor o para transeúnte común, para evitar fracturas.
El poco sol ilumina sobrantes lanzados a árboles y matas en zonas verdes, al borde del canal para bicicleteros donde están las bolsas con cemento, lanzadas por comercio callejero y transeúntes en vehículos; además, tejas, estructuras de madera, tapas de alcantarillas, partes de armarios metálicos, utilizados para instalaciones telefónicas en calles y cables de energía abandonados.
El descuido en cadena está en tramos de la autopista Norte desde las calles, 134, 140, 153, y 170, hasta metros antes de ingresar a la ampliación que se adelanta desde los cementerios hacia el norte. Así el olvido desconoce barrido de calles y, recolección de canecas en zonas verdes bajo puentes oxidados. El ausente es el Cuerpo de Bomberos.
Una labor que debe tener urgente intervención es el ingreso y salida, por La Calera, ante crecida dependencia territorial con el Distrito Capital.
Otras áreas derruidas están en franja oriental de sur a norte; toda vez que el elevado ´Cerro del Cable´, ha sido penetrado en años recientes, por barrios de invasión con fábricas de ladrillos y materiales de construcción.
La emergencia está arriba de carrera séptima al norte, con la habitación de ´El Codito´ y vendedores populares en carretera; El terreno montañoso está en pendiente para reparar vehículos distribuidores, y caminos sin luz. Se muestra semblanza para Gobierno de Bogotá.
Deberá intervenir la Alcaldía Mayor y su equipo asesor. Y además encontrarán huecos en serie en puentes peatonales, como producto del robo de láminas del piso mezclado con cemento para ingresar a Transmilenio. Son las estaciones del peligro, detectadas por pánico visible de pasajeros día y noche.
Ingenieros independientes, sugieren prevención de incendios en sectores vulnerables, que están sin cuerpo de Bomberos. “No los conocemos, dicen en varios lugares de sur, norte y occidente”. Falta iluminación y señales de información con tableros electrónicos, en áreas de cementerios, parques y clubes sociales, como en capitales del exterior; Aquí las vías bogotanas están bajo escombros donados por vándalos.