¿Cómo es posible que en apenas un mes EU haya pasado de tener 200 fallecidos a más de 22.000? ¿Cómo es posible que el país más poderoso del mundo cuente con más de 500.000 casos de Covid-19 ya confirmados? Una investigación llevada a cabo por el New York Times explica cómo el presidente Trump fue advertido por parte de distintas agencias del gobierno de la dimensión que podía alcanzar esta crisis sin que el mismo se hubiera percatado ante las mismas.
La primera de esas advertencias se remonta a principios de enero, cuando el Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca avisó que el virus se propagaría por EU. A finales de ese mes, un informe interno del Centro de Enfermedades Infecciosas mencionaba que los fallecidos podían ascender a medio millón.
A finales de febrero, todas las agencias y expertos médicos del país reconocían ya el riesgo inminente de la pandemia. Sin embargo, el Presidente estadounidense tardó otras tres semanas y no fue sino hasta el 16 de marzo (cinco días después de que la OMS hubiera declarado una pandemia) que Trump decidió adoptar una serie de medidas restrictivas para reducir la propagación del virus.
Sorprendentemente, el rechazo a las advertencias y la evidencia científica no ha resultado en un deterioro de la imagen pública de Trump. Por el contrario, casi la mitad de los norteamericanos (49%) aprueban la gestión del Presidente ante esta crisis, según la encuesta Gallup.
Desde mediados de marzo, Trump ha cambiado el tono; lidera multitudinarias ruedas de prensa prácticamente diarias, rodeado de expertos en salud y epidemiólogos, con el objeto de informar a la ciudadanía y atender todas las dudas que surgen en un momento de incertidumbre como el actual.
La debacle económica (paralización de la economía y hundimiento de la bolsa) y social (más de 6 millones de desempleados por semana) podría poner a Trump en un serio problema de cara a su reelección.
Sin embargo, también puede erigirse como el Presidente en tiempos de guerra, en torno al cual hay que cerrar filas. Por el momento, se han aprobado ya tres paquetes financieros (el segundo de ellos por más de 2 billones de dólares) y un cuarto está en camino. Sin duda, se trata de un rescate histórico con el que se trata de mantener a flote a cientos de miles de pequeñas y medianas empresas y con ellas a los trabajadores que tienen en nómina. Supondrá también un alivio para grandes compañías de sectores muy afectados por la caída de la demanda, en particular en el sector servicios; y permitirá ofrecer el respaldo del Tesoro a los programas arbitrados por la Fed para garantizar la liquidez y el acceso a financiación en los mercados. El impacto en la bolsa no se ha hecho esperar y ya ha repuntado un 20% desde los mínimos registrados hace unas semanas.
En los últimos días se han reforzado los mensajes esperanzadores al ver que las cifras empiezan a estabilizarse. Trump sabe que el tiempo va en su contra por lo que inicialmente se volvería a la normalidad el 12 de abril, pero ahora posiblemente en mayo.
Entre tanto, mayores serán sus posibilidades de salir reelegido en noviembre si controlan el virus. En ese escenario poselectoral, EU tendrá que reflexionar sobre el papel que quiere jugar en el nuevo orden internacional resultante de la crisis. Y es que el Covid-19 está cambiando muchas cosas, entre ellas, la interrelación entre los Estados.