Después de haber destacado, en comentarios anteriores, las enseñanzas del Papa Francisco en su Exhortación “Alegraos y Regocijaos”, es preciso, como complemento para este gran tema, dedicarle estudio a la extraordinaria encíclica “Evangelio de la Vida” de S. Juan Pablo II, y a otras dos del Papa Francisco. Encontramos en ellas, preciosas aplicaciones de la santidad en la familia como su especial escuela.
En “Evangelio de la vida”, “santidad” y “familia” son puntos fundamentales. Es un cántico a la vida, un poner en primer plano la defensa de este don sagrado de Dios al ser humano, lo cual lleva a poner todos los medios para cultivarlo y defenderlo, en los que preeminentemente está la familia, y, en ella, la santidad, como motora fundamental para que cumpla su cometido.
Estos temas se complementan, grandemente, en la encíclica y ponen de relieve, mutuamente, su importancia. La familia, surgida en el orden natural de convivencia en grande amor entre hombre y mujer, que, con responsabilidad y respetando las normas propias de su especie, engendran hijos al servicio del bien general de la humanidad, siendo acogedora y providente si se respeta los principios de una genuina y vivificante santidad. Ningún crimen contra la vida, llámese aborto o eutanasia, tendrá cabida en ella, siendo firme y fiel apoyo para todo el contenido de un pleno cristianismo “evangelio de la vida”, pregonado fielmente en este gran documento.
Pasando a la Exhortación “Alegría del Evangelio”, del Papa Francisco (24-11-13), encontramos nuevo pilar de la familia. Como punto básico de esa vivencia alegre y fiel del Evangelio, señala los hogares, que han de tenerse en cuenta, primordialmente, en la pastoral viva de cada Parroquia para que sea “comunidad misionera” según la sabía organización de la Iglesia (n.28). Esa primera célula vital de la Iglesia ha de contribuir, al cultivo de la vida espiritual de sus hijos en la familia, estando unida a la Diócesis y a todo el Pueblo de Dios, en el cual es preciso que todos los fieles “ser audaces y creativos” (nn. 29-33). Que crezcan “en edad y en gracia al igual que Jesús” (n.197).
La Exhortación “Alegría del Amor”, también del Papa Francisco, es verdadero tratado sobre santidad y familia. Se han tenido reacciones en contra de este gran documento, lo cual ha hecho que se lo repase con la debida atención, llegando a concluir la precisión en la enseñanza del Papa, con franqueza y amplitud del sentido de la misericordia, pero firme en los principios y ya tradicional práctica de la Iglesia. Además, ha hecho impulsar, por su detallado contenido, una eficiente pastoral familiar.
Verdadero catecismo para la familia es esta extraordinaria Exhortación, inspirada en dos Sínodos mundiales de obispos con su tema y conclusiones, que llevaron al padre y pastor Francisco a pensar en su complejidad y en la crisis en torno a la familia, que trata, con serenidad y precisión (nn. 1-2). Después de seis Capítulos con precisiones de la familia, amor y matrimonio, dedica otros tres a señalar la tarea de formación de los hijos, el discernimiento y el cultivo de la espiritualidad matrimonial y debida orientación de ellos como escuela insustituible de santidad.
*Obispo Emérito de Garzón
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