“Cuidar niños como tesoro de infinito valor”
Al retirarme de escribir semanalmente en este importante medio de expresión, por motivos de salud, quiero dejar resonando en la memoria de mis lectores al menos estos tres temas que reclaman la atención de pueblos que quieran salir adelante: Familia, Juventud y Comunicaciones.
He insistido en mis periódicas columnas en la primordial importancia de la familia, con la definitiva influencia en las más diversas naciones y épocas históricas, desde remotas civilizaciones hasta lo enseñado como básico para la humanidad por el Judaísmo y el Cristianismo, consignado en las páginas de la Sagrada Biblia. Así, desde la creación por Dios presentada en el Génesis, de hombre y mujer, para que, dentro de la identidad de cada uno de los géneros, conformaran un hogar según el orden natural, bendecido luego como Sacramento para engendrar hijos según sus planes divinos y educarlos al servicio de toda la creación (Gen. 1, 26-30). Familias, en las que se respete la ley natural colocada por el Creador en el corazón de los humanos, han de comprometerse al servicio de su progenie en ambiente de amor y solidaridad, con respeto a la vida como don de máximo valor desde el inicio de su germen en el vientre materno hasta su muerte natural.
En conexión con la familia han de cuidarse los niños como tesoro de infinito valor, que Dios pone a su cuidado para “educar” o “sacar adelante”, en sus años iniciales, a los que siguen los jóvenes en época maravillosa para el crecimiento hacia la madurez, para que se ponga al servicio del ser humano toda la energía, sin aplazar muchos años, en su propia realización y en programas a favor de la comunidad. Han de ser jóvenes que cultiven su propia madurez y se empeñen en causas grandes al servicio de los pueblos, como los héroes y heroínas de nuestra Independencia, y no pocas personas, de ambos sexos, en distintas épocas y profesiones. Bien recordado el Papa S. Juan Pablo II por las multitudinarias “Jornadas de la Juventud” que inició en la Iglesia, y que, con sólidos mensajes, han seguido realizando sus sucesores. Formar a la juventud, creer en ella, no despreciarla con ligereza, ha de ser positiva visión de sólidos gobiernos.
Las Comunicaciones Sociales son tercer punto de mira, tan propio de nuestro tiempo, y a las cuales invita a poner toda atención la Iglesia “madre y maestra de los pueblos”, con urgente llamado desde Pio XII (1939-1958), seguido del Concilio Vaticano II y los últimos Papas. Se ha pedido que cumplan positiva labor, con gran responsabilidad y madurez, con apertura a todas las respetables culturas. Mal orientados, y convertidos en exaltadores del vicio, del odio, del desenfreno pasional y deletéreos ideales, cuanto mal y camino al suicidio colectivo pueden propiciar. Qué bien tan importante cuando son utilizados con responsabilidad y madurez por los comunicadores que con sentido patrio, honestidad y verdad, lleven adelante su delicada labor.
Gratitud al doctor Juan Gabriel Uribe, Director de este gran diario de principios sólidos desde sus fundadores, con sus activos colaboradores están llevando adelante ponderada labor en medio de las contraposiciones. Perenne gratitud de Colombia, lo mismo de mi parte, por haber acogido por años mis modestas colaboraciones.
Obispo Emérito de Garzón
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