FERNANDO NAVAS TALERO | El Nuevo Siglo
Miércoles, 2 de Mayo de 2012

De sentido común

La Ministra de Relaciones Exteriores ha sido víctima de la falta de sentido común que coloquialmente se afirma es el menos común de todos y, en verdad, que no es graciosa la afirmación. El sentido común exige, forzosamente, el pensamiento lógico, un razonamiento estimulado por la inteligencia y que, se presume, permite coincidencias mayoritarias entre todas las personas.

¿De dónde sale, entonces, esa afirmación de que este sentido es escaso? Seguramente porque las emociones suelen distorsionar la razón y alterar los sentidos.

Ha expresado la Canciller colombiana que la Corte Internacional de Justicia puede producir una sorpresa en el litigio de Colombia con Nicaragua y que cualquier cosa puede pasar. Y claro que así puede ocurrir y ello no significa que suponga la Ministra que no hay razón argumentativa en la defensa que ante ese tribunal se hace de la soberanía nacional en la zona en disputa. Sencillamente, la señora Holguín entiende que los jueces son impredecibles y que en las causas judiciales es imprudencia asegurar el éxito. Tanto ello es así que en los estatutos que regulan la profesión de los abogados se considera una falta a la Ética Profesional asegurarles a los clientes un resultado favorable en sus demandas. (Véase artículo 34, literal b) de la Ley 1123 de 2007).

El problema de fondo en este litigio no radica en que la Canciller haya externado sus presentimientos acerca del asunto, lo preocupante es que el gobierno de turno en su momento haya admitido la competencia de la Corte Internacional de Justicia para resolver la demanda de Nicaragua. De acuerdo con el artículo VI del Tratado de Soluciones Pacíficas, Pacto de Bogotá de 1948, la Corte de La Haya carece de jurisdicción para conocer de litigios ya resueltos por arreglo directo entre las partes con anterioridad y resulta que este diferendo en discusión fue solucionado con el Tratado Esguerra-Bárcenas suscrito en 1928.

Habrá que preguntarle al expresidente Uribe qué lo motivo a reconocerle competencia a la Corte Internacional de Justicia para dirimir un conflicto que carece de fundamentos jurídicos, reconocimiento a cuya causa los jueces pueden decidir lo que ya fue decidido y por su intromisión tiene la Ministra toda razón en estar preocupada. El sentido común y el respeto al orden internacional indican que si Colombia admitió la competencia de la Corte Internacional debe correr con las contingencias de su imprudencia y no alegar ahora que la culpa de todo es de la ministra Holguín.

El Derecho Internacional no es propiamente la elaboración civilizada y justa de normas irreductibles; todo lo contrario, la experiencia enseña que es el derecho del más fuerte, no es lo que dicen las leyes y los tratados, es la voluntad del juez y punto. Para la muestra un botón: el conflicto entre Costa Rica y Panamá (1914) fue resuelto por el juez White conforme a su personal arbitrio, desechando los presupuestos de la demanda.