Finanzas | El Nuevo Siglo
Sábado, 6 de Mayo de 2017

Se menciona a Gabriel Misas Arango con frecuencia en esta columna con motivo de la obra de la que es editor: Desarrollo Económico y Social de Colombia. Siglo XX (Universidad Nacional de Colombia, sede Bogotá, 2001) y, en el futuro se comentará “La Lucha Anticorrupción en Colombia. Teorías, prácticas y estrategias” (Contraloría General de la República, Bogotá, 2015), donde aparece como consultor acompañado por Mónica Juliana Oviedo León y Andrea Franco Correa en calidad de investigadoras. Este texto se divulgó en la época en que Antonio Hernández Gamarra era Contralor General.

Se sigue, en esta oportunidad, con Misas como editor del artículo “El Estado de las Finanzas Públicas en Colombia a Fines del Siglo XX”, por el contralor Hernández e Ignacio Lozano y el énfasis se concentra en los rasgos contemporáneos, según los mencionados autores, quienes afirman que las finanzas públicas se ocupan “de los ingresos, los gastos y la deuda de los gobiernos” y sostienen que “los presupuestos deberán mantenerse balanceados en promedio en el curso del ciclo económico” con superávit en el auge y déficit en las recesiones (se comparte).

Se citan, a continuación diversos criterios: se creía, en los ochenta, que el tamaño del sector público era exagerado en América Latina y sobrevinieron la apertura económica (se comparte) y la descentralización que, al nivel regional, se piensa que coincide con mayor corrupción. Una iniciativa conveniente fue otorgarle a la Junta Directiva del Banco de la República la “autoridad monetaria, cambiaria y crediticia”; el tamaño del Estado no disminuyó, aumentó pero no demasiado, según los autores y se esperaba que fuera el 35% del PIB en 1999. Los ingresos de la nación se originan principalmente en lo tributario y su expansión era notable: 9,6% al 16,2% en 1990-1998 y 18,8% en 1999 respecto al PIB. La descentralización comienza en 1968 con el situado fiscal, se profundiza en 1982-86 y continúa con la Constitución de 1991. Preocupación por la evasión de impuestos. Diferenciación entre gastos obligatorios y discrecionales: ¿los de la paz en la primera categoría y CTI en la segunda? Se citaba el déficit estructural, el ahorro negativo en los noventa, el sector público desequilibrado en ese período con recesión profunda en 1999. Reformas necesarias: racionalizar el gasto público y, en lo territorial, transferencias, ángulo pensional, sanear entidades.