Después de los merecidos reconocimientos a la producción “Bolívar”, emitida por Caracol–Televisión, siento que debo, sin embargo, expresar algunas inconformidades dada mi formación religiosa y moral, y es por la ausencia o la profusión de ciertos aspectos. Por ningún lado, p.e., aparece la fe religiosa que hubo en lo profundo del Libertador, aún después de la orientación adversa que en algún momento recibió en su juventud. En su parentela hubo espíritus de honda fe, comenzando por su madre, que influyeron en él, recibió fielmente los Sacramentos de iniciación cristiana, y con fe y respeto el matrimonio católico. Solemnemente hizo juramento de creyente en el monte Aventino de liberar a su Patria, e invocó en las batallas a la Virgen, así fuera bajo improvisada advocación de “los tiestos”. Tuvo buena relación con los Jerarcas de la Iglesia y con tantos Sacerdotes que lo apoyaron en sus campañas. Fue pública manifestación de fe cuanto dejó consignado en sus últimas recomendaciones para la Constitución de 1830.
Avanzando en reclamos a aquella, por lo demás valiosa producción televisiva, me atrevo a expresar que no me pareció un acierto, ni algo fiel a la realidad, haber presentado a un Simón Bolívar tan atraído a una vida sexual obsesiva, en donde parece, en reiterados momentos, más preocupado por este aspecto que por llevar adelantes sus heroicas campañas. La relación con Manuelita Sáenz fue ciertamente estrecha, y providencial para escapar de las manos de sus asesinos, pero con exagerada presentación de su influjo en él, olvidando que ciertas actuaciones de ella, y de algunos de sus áulicos, fueron los que atizaron el odio de sus perseguidores. Piensan debido resaltar esos aspectos con la excusa de que es una “presentación novelesca”, y que incrementa su interés, pero es desviar el guion histórico presentando reiteradamente algo que no es determinante en la vida del Libertador. Pienso que lo anterior fue darle gusto, en nuestros días, a quienes quieren abrir paso al libertinaje, a justificar como “avance” quebrantar los principios religiosos, adelantando hasta abrir paso a situaciones familiares contrarias a la naturaleza.
Pasando a nuevas campañas libertadoras de los problemas de las naciones, que llevan a fieros enfrentamientos y que polarizan los países, es de tener en cuenta los esfuerzos, cada uno según sus ideales en busca de lo que pensó mejor, como los de un José Hilario López, un Ospina Rodríguez, un Tomás Cipriano Mosquera, unos Rafael Núñez y Miguel Antonio Caro, Rafael Reyes, Olaya Herrera o López Pumarejo, o unos Lleras Camargo y Restrepo, o un Laureano Gómez, unos Luis Carlos Galán, Álvaro Gómez, Ospina Pérez, Gaitán, y Echandía. Más recientemente hemos visto grandes esfuerzos, no reconocidos por unos o minimizados por otros, de unos Belisario Betancur, Andrés Pastrana, César Gaviria, Álvaro Uribe y un Juan Manuel Santos. Mirar ese pasado y afrontar el futuro con ojos y espíritu de reconciliación, de patriotismo, de pleno desinterés y generosidad, limpieza de miras y optimismo, es el único camino que nos da la experiencia y la fe en Dios para llegar a días de prosperidad, paz y bien que anhelamos. . A nuevos aportes sobre recientes situaciones, nos referiremos luego. (Continuará)
*Obispo Emérito de Garzón