General (r) Luis Ernesto Gilibert | El Nuevo Siglo
Miércoles, 29 de Abril de 2015

PRISMA

De ciclo-rutas y bici-carriles

LA  Universidad Manuela Beltrán, preocupada por este proyecto tan sensible para la administración distrital y  los bogotanos, dedicó una buena parte de sus esfuerzos adelantando un estudio sobre el tema, trabajo que tuvieron la generosidad de permitirme y apoyado en él, no obstante lo extenso de su contenido, quiero hacer un resumen muy sucinto, con el fin de dar a conocer de mis respetados lectores, algunos aspectos importantes sobre el asunto.

Reconocen los investigadores que el problema de la movilidad resultó con el tiempo, debido al incremento desproporcionado de vehículos y la escasa  malla vial, ser un elemento sensible que reduce la calidad de vida de los ciudadanos, situación que impele a la administración para desarrollar este proyecto, tomando la bicicleta como alternativa de transporte secundando el programa “Bogotá, mejor en bici”, el trabajo hace una aclaración llamativa sobre la diferencia entre ciclo-rutas y bici-carriles, aclarando que bici-carril es el tramo ubicado sobre la calzada suspendido y vedado al  tránsito automotor, debiendo entender que ciclo-ruta es el espacio concebido sobre los andenes y diseñado para la circulación de ciclas en diferentes sectores de la ciudad algo alejadas de las calzadas.

Ante la intención de construir más rutas de estos tipos se recomienda en el trabajo tener en cuenta que Bogotá no cuenta con suficientes espacios en la malla vial para incluir estas alternativas, ante lo cual es necesario buscar áreas acordes a la construcción de nuevas ciclo-rutas, garantizando que las terminaciones queden conectadas con los sistemas de transporte al servicio de la ciudad, de lo contrario se convertirán en espacios para la práctica del deporte sin solucionar la movilidad que en ultimas, es su fin; y hablando de deporte, los investigadores manifiestan que existen carriles como en la calle 60, utilizados en actividades deportivas muy ajenas  a movilidad, y otros como en la calle 85 que, por  poca utilización, es invadido con vehículos y vendedores ambulantes o economía informal, desdibujando el objetivo e interrumpiendo incluso el uso peatonal

La intención definitivamente es plausible pero solo con el diseño e implementación de las vías para el uso de la bici y su demarcación no es suficiente, falta toda una cultura acompañada de estrategias, como la presencia de autoridades distritales que aseguran la tranquilidad del ciclista, sugieren los investigadores de la UMB incrementar los lugares de parqueo para las máquinas con las medidas de seguridad inspiradoras de confianza por su organización, no obstante existir parqueaderos que  contemplan ese espacio, al igual que algunas estaciones de Transmilenio, pero en los trayectos falta ese recurso; lo anterior sin olvidar la tendencia de los bogotanos a desconocer el uso de los  accesorios de seguridad. Faltó espacio, pero agradezcamos  a la UMB su interés y apoyo.