General (r.) Luis Ernesto Gilibert V. | El Nuevo Siglo
Miércoles, 23 de Marzo de 2016

PRISMA

Policía de posconflicto

 

EL  conocimiento que tenemos sobre la capacidad de la Policía Nacional para encarar la futura problemática que generara el posconflicto, una vez firmados los acuerdos e iniciado el  proceso  de consolidación  en los diferentes temas que conducirán a la paz  estable y permanente, nos genera tranquilidad. La experiencia policial en el manejo de comunidades y núcleos sociales, le permitirá apoyar los planes y programas  diseñados por el Gobierno, que requerirá el proceso en los diferentes ciclos y etapas.

Hablando de seguridad ciudadana, durante años se ha sostenido la necesidad de crear, mantener y potenciar un tejido social que facilite la labor policial en cuanto a dirección, organización y apoyo a la comunidad. Este trabajo que ha brindado excelentes resultados en cuanto a  seguridad y estructuración de núcleos sociales, le permitirá encarar y profundizar en el conocimiento de los problemas que aquejan las comunidades, para reconstruir relaciones fracturadas por razones del conflicto armado. De las anteriores consideraciones podemos deducir que será la institución la encargada de liderar el trabajo, soportando la responsabilidad que conlleva semejante reto no solo para la policía sino para el Gobierno y el mismo país, que debe mostrar al mundo el cumplimiento de lo acordado, haciendo honor a la palabra y los compromisos asumidos.

Los problemas  de este episodio son muchos, ante lo cual  los mandos institucionales están preparando hombres en diferentes disciplinas para desarrollar tareas trascendentales de largo aliento -conscientes como son, del extenso periodo de tiempo que cubrirá el pos conflicto-, abriendo espacios  de capacitación que permitan debatir con las autoridades temas álgidos sobre procedimientos de reinserción, que pueden dificultar el diario vivir de las comunidades afectadas por el momento histórico que vivirá Colombia.

Uno de los primeros ejes y muy espinoso por la calidad de los actores,  seguramente será lo atinente a los menores de edad vinculados al conflicto, que necesitarán una reinserción pronta y eficaz, apoyada por profesionales y entidades capacitadas en disímiles doctrinas, que permitan la recuperación de los menores y el restablecimiento de sus derechos, aunada a esa estabilidad familiar pérdida, de tiempo atrás, por los avatares del conflicto.

Otro factor preocupante que a ciencia cierta deberá encarar la policía será lo relativo a la preparación y concientización de los núcleos sociales y comunidades, donde serán concentrados los hombres reinsertados a la civilidad, tarea un poco más complicada que la anterior por tratarse de colectividades prevenidas sobre su situación futura e informadas del proceder de los desmovilizados; dura prueba para  unos y otros, pues la institución responderá por el proceder y actuará cuando los comportamientos se salgan del cauce y los desmovilizados de su parte, deberán demostrar  capacidad de vivir en civilidad.

Como vemos el reto es  colosal y Colombia pregunta ¿Cómo será la policía del posconflicto?