Glosas a la barbarie (VII) | El Nuevo Siglo
Lunes, 9 de Noviembre de 2020

…la izquierda no sólo se apoderó políticamente de gran parte de Latinoamérica sino lo que es muchísimo más grave: hegemonizó las aulas, las cátedras, las letras, las artes, la comunicación, el periodismo y, en suma, secuestró la cultura y con ello modificó en mucho la mentalidad de la opinión pública: la revolución dejó de expropiar cuentas bancarias para expropiar la manera de pensar (Márquez y Laje, p.15).

COMENTADAS ya la imbecilidad y la inmadurez, acuso a otra forma de la barbarie: el marxismo cultural o postmarxismo, que se disgrega en una cantidad de discursos que iré comentando en próximas glosas. Conservo la práctica de fundamentarme en un texto para el análisis. Por consiguiente, aquí tomo como referencia El libro negro de la nueva izquierda. Ideología de género o subversión cultural, de Nicolás Márquez y Agustín Laje.  

El trabajo de Márquez y Laje revisa la agenda del marxismo cultural o postmarxismo; ideología que domina gran parte de los programas legislativos, centros de pensamiento, narrativas culturales y currículos académicos escolares y universitarios de EE.UU, Canadá, Europa y Suramérica, perpetuando, con éxito, un adoctrinamiento progresista que refunda el orden ético, estético y social mediante la jurisprudencia, los medios de entretenimiento y de información, la academia y la política.

Intelectuales de indudable renombre han derribado el adefesio ideológico postmarxista y sus mutaciones. Por eso, han sufrido una persecución ramplona y continuada por parte del establecimiento progresista y su impostura, que pretende excluirlos del debate público, expulsarlos de la academia, caricaturizar y descontextualizar sus tesis y hasta, en algunos casos, arremeterlos con rebusques jurídicos y ofensivas mediáticas. La verdad es que los pseudointelectuales “progre”, aunque suelen presentarse como “académicos serios”, “tolerantes” y “pluralistas”, son todo lo contrario: intolerantes del disenso, fanáticos de sus posturas e ignorantes de una abundante y docta y actual bibliografía científica que invalida sus argumentos. 

Acorde con todo lo anterior, aquí anoto, como introducción brevísima, lo que es el postmarxismo o marxismo cultural, que Márquez y Laje nominan como la Nueva izquierda. Esencialmente, es una ideología que encuentra sus bases principales en el marxismo clásico, pero que las resignifica, modifica y reinventa, centrando la “revolución”, ya no en lo material, sino en lo cultural. Esta táctica consiste en mentalizar a la población en una hegemonía del pensamiento que utiliza algunas peroraciones como banderas de lucha y trata, con relatos disfrazados de “causas sociales”, de seducir a las juventudes y capitalizar bases electorales: “Silenciosamente, la izquierda remplazó las balas guerrilleras por papeletas electorales, suplantó su discurso clasista por aforismos igualitarios que coparon el extenso territorio cultural, dejó de reclutar obreros explotados y comenzó a capturar almas atormentadas o marginales a fin de programarlas y lanzarlas a la provocación de conflictos bajo excusas de apariencia noble (…) indigenismo, ambientalismo, derecho-humanismo, garanto-abolicionismo e ideología de género (esta última a su vez subdividida por el feminismo, el abortismo y el homosexualismo cultural) comenzaron a ser sus modernizados cartelones de protesta y vanguardia (Márquez y Laje, p. 13).  

Jurista y filósofo