Graves momentos piden grandeza | El Nuevo Siglo
Jueves, 20 de Mayo de 2021

Graves momentos está viviendo Colombia, en esta mitad del 2021. Tenemos, serios motivos de reclamos sobre situaciones que piden superación y por actuaciones de gobernantes que reclaman enmiendas. Hay derecho constitucional a protestas, pero esto no autoriza a destrucción y atentados contra la vida y derechos como de libre locomoción de los ciudadanos. No desautorizar ni rechazar, con firmeza, desmanes que se hacen con ocasión de ellas, manchan la limpieza de intención de honestos propulsores. 

Hubo meses de sosiego en el 2020 en cuanto a manifestaciones ante el golpe del covid-19, que crece al impulso de aglomeración de personas, pero, después de año y medio, desafiando ese grave peligro, se crea desespero para salir tumultuosamente a las calles, con ánimo de imponer reclamos. Esta desafiante actitud, y los graves desmanes que con ocasión de ellas se han cometido, ha impedido apertura del Gobierno a amplio diálogo que lleve a concretar acuerdos que deben ser camino civilizado que lleve a certeras soluciones. 

Esta situación ha tenido que afrontarla un período presidencial de transición, entre un Gobierno que se propuso llegar a “acuerdo de paz” con una organización subversiva de larga y violenta trayectoria, cuyo trámite trajo grave inconformidad y el triunfo electoral de corriente opuesta a él. El nuevo Mandatario, aunque elegido en oposición a la del acuerdo hizo objeciones, a lo cual tenía derecho, pero, firmó, finalmente y ha impulsado su aplicación. 

Frente a ese Gobierno, de centro-derecha, sin reparto partidista sino técnico, se decretó, desde antes de iniciarse, ciega oposición a todos sus programas, por una extrema izquierda con miras meramente políticas. Esta ha apoyado las protestas, en sí sanas, pero ha conseguido apoyo de los actuales grupos subversivos, siendo los propiciadores de destructores y criminales desmanes, agravándose la situación, pues sus promotores no han rechazado debidamente ese aprovechamiento delictuoso. Se ha agregado un paro de transporte, lesivo del derecho constitucional de libre locomoción, con gravísimas consecuencias en cuanto a economía y salud. De parte de la fuerza pública ha habido, al buscar el control de situaciones, algunos excesos dignos de firme reclamo.

Además, los propulsores de protestas han asumido actitud de arrogancia, ante la convocatoria del Gobierno a diálogo encaminado a escucharse mutuamente para llegar a acuerdo, con tono de conminación de que se acepten sus peticiones o nada más qué hacer. El Gobierno tiene, constitucionalmente, qué garantizar respeto al derecho de protesta, pero también el deber de custodiar la vida y derechos de todos los ciudadanos.

En estos tan complicados momentos, cómo se necesitan gestos de grandeza, inspirada en sereno patriotismo, que lleven a corregir aun personales posiciones en búsqueda de aceptables soluciones. Así lo ha hecho el expresidente César Gaviria, quien, ha asumido patriótica postura de pedir rodear al Presidente Duque, que tiene la responsabilidad del país, y sacarlo adelante. Autoridades, promotores de ordenadas protestas, líderes sociales, juventud pensante, empresarios, políticos, dirigentes religiosos, tenemos hoy, todos, llamado a gestos de grandeza.  

*Obispo Emérito de Garzón 

Email: monlibardoramirez@hotmail.com