GUILLERMO LEÓN ESCOBAR | El Nuevo Siglo
Martes, 9 de Octubre de 2012

La dignidad humana

 

Mientras exista la figura institucional de la Vicepresidencia de la República ha de ser respetada tanto como la persona que en ella ejerce por voluntad popular.

Angelino Garzón es persona de bien, lo mismo que su familia. Quienes lo conocemos de años podemos dar fe de su voluntad de ser instrumento de realización del Bien Común. En los elencos de corruptos por acción o por omisión no figura y eso ya de por sí es en cualquier sociedad uno de los grandes elogios.

Ahora que -sentada esta declaración- se esté o no de acuerdo en la forma como ha ejercido las funciones que le han sido delegadas por el Presidente, es otra cosa. Por lo general muchos de quienes lo apreciamos no estamos de acuerdo con muchas decisiones, pero es un gran privilegio poder estar honradamente en desacuerdo con una persona honesta.

Pero lo que se ha inventado de repente el Presidente del Senado con los análisis médicos es sospechoso y ofensivo. Es cierto que el país debe tener noticia cierta de la salud de sus gobernantes, pero ese proceder ha de estar reglado de tal manera que garantice el respeto por la dignidad personal e institucional.

La salud es algo que puede cambiar de la mañana a la tarde. Nadie la tiene comprada ni se sabe de sus altibajos y de sus sorpresas. Angelino ha realizado la mejor distinción que el “médico-senador” ni siquiera pensaba. “Una cosa es ser discapacitado y otra bien distinta ser incapacitado”. El gran ministro Schäuble que dirige las finanzas alemanas y es artífice de la mayoría de sus envidiables aciertos vive en silla de ruedas, tiene enormes limitaciones de movilidad, pero es una estrella en el firmamento político alemán; a Benedicto XVI se le sabe cardiópata de muchos años, así como a muchos grandes líderes del mundo que han tenido enormes limitaciones físicas y sin embargo hacen parte positiva de la historia.

Por qué más bien no tener una comisión de “alta moral” que certifique la integridad de los aspirantes a cargos públicos y otra de “idoneidad intelectual” para evitarnos las locuras de gentes que creen que es el “cargo” el que sabe y se sientan -por lógica- en la poltrona a fin de recibir inspiraciones que convierten, mediante la publicidad, tantas tonterías en transitorias genialidades.

No estarán muy felices los discapacitados con esas opiniones ni con las certificaciones que ahora se exigen.

Lo que se ha hecho con Angelino es vergonzoso. Menos mal que al frente del grupo de galenos estaba una persona tan respetable como Sánchez Torres, que en una sola palabra dejó sentado el respeto al Vicepresidente.

El complot de la ligereza fracasó. Angelino con inteligencia ha demostrado su capacidad de pensar y de accionar y metió a Roy entre los palos. No mostró ganas y reafirmó lealtades. Hay limitaciones físicas que no impiden el servicio público. Son más peligrosas para una nación las limitaciones morales e intelectuales de sus dirigentes.

guilloescobar@yahoo.com