Continuando, con indispensables aportes para avanzar “hacia nuevo grandioso milagro” en la transformación nacional, con verdadera búsqueda de “paz total” en nuestro País, es preciso llamar la atención sobre detalles indispensable para llegar a esa soñada conquista. Punto de urgente atención para el bien general, necesario para llegar a esa transformación soñada, es un cada día mejor organizado servicio de salud, con estímulo a los meritorios servidores, de este ramo inmune a cálculos económicos fructuosos. Tomar conciencia que es un servicio a los seres más importantes de la creación como son los humanos, aunque, claro está, con debida retribución a esos apóstoles cualificados de este bendecido apostolado.
Necesaria la atención a conciencia y entusiasta a la educación, en la cual, más que entrenar a niños y jóvenes en protestas, es indispensable darles verdadera ciencia al lado de su formación como buenos ciudadanos desde temprana edad al servicio de Dios y de la Patria. Para el milagro de transformación nacional son indispensables educadores que piensen en la grandeza de su labor como llevar de la mano a niños y jóvenes por verdadera ciencia, con miras al bien general más que solo a interés económico y beneficio de familiares o de grupos cerrados económicos o políticos cerrados.
Qué importante la atención a hombres y mujeres, dentro de los atributos que a unos y otras ha dado el Creador con ideales de superación entrelazados en familias en donde se acoja a los hijos con amor y no se los asesine en el vientre materno. Es indispensable gran amor a esas creaturas débiles, que lleguen en el mañana a ser los constructores y sostenedores de una humanidad en avanzada. Que la misión del padre de familia y de la madre, sea tenida en alto, en cuanto a cultores que son de nuevos seres humanos, en quienes se realizara lo inspiradamente dicho por el poeta: “el hombre, como el huevo, en nido dulzor será paloma, y el nido del dolor será serpiente”.
Qué milagro, de verdad grandioso, que los grupos alzados en armas caigan en cuenta que ese no es verdadero camino para sacar al País adelante, que, patrióticamente, renuncien a ser brazo armado del nefardo negocio del narcotráfico, y gestores de criminales asesinatos de seres humanos, tantas veces inocentes de las injusticias sociales que se pretenden corregir. Que entren esos grupos en sincero y amplio diálogo con el Gobierno, que cesen en brutales matanzas y entren a civilizado esfuerzo por una Patria que algún día sea remanso de Paz.
Indispensable, en un país con tan marcada vocación agrícola, que se estudie a fondo el apoyo al campesinado, creador de riqueza nacional, y que, en todo tiempo se piense y se hable de planes a favor de ese gremio que necesita estímulo, amor y leyes favorables.
El puesto de la Iglesia Católica, y de todas las organizaciones de creyentes, es punto vital para ese grandioso milagro general. Indispensable su aporte de incesantes plegarias al cielo, y del encausamiento de los fieles por principios superiores que rechazan toda inmoralidad, y que, guíen por sendas de bien, de progreso y de paz.
Camino hacia nuevo grandioso milagro, cuanto dijo, en crucial momento Alberto Lleras: “Necesitamos, ante todo, pan y catecismo”.
*Obispo Emérito de Garzón
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