Rodolfo Hernández, Sergio Fajardo, John Milton Rodríguez y Enrique Gómez como candidatos presidenciales, muy a pesar de representar visiones diferentes de país, tienen un elemento común en sus programas de gobierno: no tienen propuestas en favor de los animales, ni siquiera las consideran. Una realidad programática que deja miles de animalistas sin otra alternativa que evaluar otras opciones.
Como excandidato a la Cámara de Representantes y militante del partido Verde lamento profundamente que Sergio Fajardo no haya abierto un espacio en su programa para tener en cuenta a los animales de frente, sin titubeos, en un momento donde sus los derechos están en la agenda de discusión global, son una realidad que progresa en los ordenamientos jurídicos y que exige una agenda gubernamental clara y cierta.
Gustavo Petro está proponiendo medidas en favor de los animales, su materialización en normas y políticas públicas representarían un salto cuántico hacia un Estado empático. Así lo anuncia en la página 15 de su programa: “Una sociedad que asegura el bienestar de los animales. En nuestro gobierno reconoceremos a los animales como seres sintientes, por lo tanto, promoveremos su trato digno, sentaremos las bases para hacer de nuestro país una sociedad libre de especismo y enfrentaremos con firmeza el tráfico de fauna silvestre. Impulsaremos la prohibición de todo tipo de espectáculos que involucren prácticas de maltrato animal, incluidas las corridas de toros. No permitiremos el uso de escenarios ni recursos públicos para estos fines.”
Tratar con justicia a los seres vivos es un imperativo moral, aún aquellos que no pertenecen a nuestra especie merecen ser tratados sin crueldad y protegidos contra el maltrato y el abuso, es un consenso vigente en la sociedad colombiana que exige de las autoridades desarrollos legislativos y la puesta en marcha de políticas públicas que materialicen esas aspiraciones para garantizar un mejor relacionamiento humano-animal, superando las visiones meramente mascotistas, vinculando a los animales silvestres, de granja, sinantrópicos y de compañía, los cuales merecen ser reconocidos en su dignidad, protegidos en sus derechos de acuerdo a su condición y especie.
Colombia en sus insignes varones presidenciales ha tenido honestos, intelectuales, censores morales, civiles, militares, dictadores, autoritarios, enajenados mentales, blancos, mestizos y negros, godos y cachiporros, insensibles, ambiciosos, incapaces, crueles, generosos, humanistas, diversos sexualmente, mediadores, valientes, cobardes y crueles, de todo un poco como en botica; en fin, personajes que por mucho que hagan para ocultar su auténtica naturaleza y vocación de servicio el paso del tiempo se ha encargado de sacarlos del clóset de sus vanidades y los ha ido mostrando en su auténtica dimensión, nada más experto para caracterizarlos desde sus acciones que el ojo del pueblo.
Como animalista acompañaré la propuesta planteada por Petro, aun con todas las reservas que pueda tener, pesan menos que las que tengo con los demás candidatos. Es una candidatura que considera los intereses de los animales, tiene interés genuino en propiciar los escenarios para incorporar las reformas necesarias y permitirnos avanzar en la construcción de un Estado animal.
@domingoanimal, luisdomingosim@gmail.com