Los hipopótamos que trajera en su momento Pablo Escobar vuelven a ser noticia y, nuevamente por la misma razón: el alto impacto ambiental que está causando su creciente población, la cual alcanza los 70 individuos. Habitan de manera descontrolada en una importante área de influencia en los alrededores del municipio de Puerto Triunfo y cada vez se extienden a otros municipios a lado y lado del Río Magdalena.
El problema no es nuevo para las autoridades medioambientales, de hecho en 2009 los expertos sudafricanos Michael Knight y Peter Morkel recomendaron al Gobierno Nacional controlar la población a través del confinamiento, la castración o el sacrificio de los machos, en dicha oportunidad evaluaron la situación de los 28 hipopótamos que permanecían en la hacienda Nápoles en Puerto Triunfo (Antioquia), pero todo indica que por diversas razones no se logra controlar el crecimiento de la población. Por el contrario, nuevas evidencias prenden las alarmas anunciando que de no intervenirse de manera decidida la población, en unos treinta años, estará en los cinco mil individuos, situación que sería una auténtica tragedia ecológica.
Lo cierto en esta historia es que los hipopótamos no pueden seguir insertos en el ecosistema donde están porque afectan de manera grave y directa a las especies locales, algunas de ellas como el manatí y el bagre rayado que según la lista roja de especies amenazadas de la UICN se encuentran en estado vulnerable y en peligro respectivamente, además de estar alterando de manera considerable los cursos de agua donde habitan.
El Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible en coordinación con la Corporaciones Autónomas Regionales con jurisdicción en la zona deben actuar con prontitud, sabemos que pedir que la solución que se adopte sea lo menos letal posible no es tan popular cuando se trata de una especie invasora, sin embargo hay soluciones que ya se vienen practicando como la esterilización, que para lograr mayor cobertura debería ir acompañada de otras estrategias como el confinamiento. Por qué no en uno de tantos predios confiscados al narcotráfico, si se quiere para que cumpla con una función resarcitoria y se les permita vivir; claro quienes ven el asesinato como única salida normalmente refugian su argumento en el alto costo que implican las demás alternativas, incluidos los procedimientos médico veterinarios.
Otra opción posible, por supuesto desde que haya voluntad política, es llevarlos a algún santuario en África, está el Parque Nacional de Samburu en Kenia, el Parque Nacional Chobe en Botswana y el Parque Nacional de Loango en Gabón, entre otros. Hay variadas opciones, de quererse se tendrían que activar los canales diplomáticos, hacer el esfuerzo médico veterinario para evitar la transmisión de enfermedades aplicando los protocolos respectivos y avanzar en la solución.
Incluso por qué no pensar en una declaratoria del estado de emergencia ecológica para resolverlo de una buena vez. Se trata de hacer lo necesario para proteger nuestros recursos naturales sin que tengamos que aplicar la pena de muerte a los hipopótamos. No debemos olvidar que su situación es culpa de la falta de acción oportuna por parte de nuestras autoridades, no de los hipopótamos.
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