Horacio Gómez Aristizábal | El Nuevo Siglo
Sábado, 7 de Mayo de 2016

Verdades amargas

 

El gran poder del mundo contemporáneo está constituido en forma indiscutible por La prensa”. Para el hombre de hoy, la prensa es algo innato. Durante las 24 horas del día, los sentidos están ávidos de noticias, de sonidos y de imágenes. La radio informa, la televisión ilustra, el periodismo documenta. Cecilia Santos Pinillos y su sobrina, la abogada y funcionaria en el tema de saneamiento de escrituras en la restitución de tierras, Marcela Pinillos, me obsequiaron el interesante libro sobre Roberto Pombo Holguín de Juan Esteban Constaín, el que devoré en dos tardes deliciosas. Sorprende la impresionante fidelidad de Roberto Pombo a su vibrante actividad periodística. Muchos acogen esta noble profesión como trampolín para saltar a destacadas posiciones burocráticas. Recuerdo unos pocos casos ejemplares -Roberto García Peña, Roberto Posada, Poncho Rentería-, a quiénes presidencialmente les ofrecieron cargos importantísimos y con firmeza y discreción los rechazados.

 

Juan Esteban Constaín -autor de cuatro novelas exitosas, educando en Londres, habla 7 idiomas- tuvo un gran acierto al mostrarse a lo largo del libro, “Más amigo de la verdad que Platón”. Es objetivo directo, estricto y rico en infinidad de datos con detalles, episodios y recuerdos de enorme contenido histórico. Roberto Pombo Holguín se mueve tal cual es, discreto, sencillo, espontáneo, jamás Afirma ser protagonista, de nada ni de nadie. El diálogo fluye enriquecedor, ilustrativo y suscita interrogantes, dudas, inquietudes. Para quienes hemos escrito sobre la historia contemporánea de Colombia –Diccionario histórico, Biografía de Laureano, López Michelsen, Álvaro Gómez Hurtado- la obra de Juan Esteban Constaín nos resulta de inmensa utilidad. Un periodista no es más que un “notario del acontecer cotidiano”.

 

Juan Lozano y Lozano repetía que nada se parece más a Colombia que el diario El Tiempo. Jamás asume posiciones fundamentalistas, radicales o viscerales. Se mueve en un justo medio. Y así es Roberto Pombo y se lo confiesa paladinamente a Juan Esteban Constaín. Los orientales aconsejan al buen periodista mantener la cabeza grados bajo cero, ser equilibrados, comprensivos, justos, receptivos, colocar en pie de igualdad al fuerte y al débil, al descreído y al fanático, al negro y al blanco, al millonario y el desposeído. La carrera de Roberto Pombo es meritoria y estimulante si constatamos su fulgurante curva ascendente. Abogado de la Universidad de los Andes, jefe de redacción del Diario del Caribe, director de la revista Semana, de la revista Cambio de México, del programa radial F.M., del programa de televisión Cambio y de Tele hoy, editor político de El Tiempo. Hoy es director de ese periódico, considerado uno de los mejores diarios de América Latina.

 

Por la responsabilidad de un periodista en nuestra época es asombrosa. No actúa al título individual. Lo que expresa en cierta forma compromete la tribuna desde la cual opina. Se aclara que cada cual es responsable de lo que promueve. Pero en la realidad, la idea vale más o vale menos, según la tribuna que divulgue el pensamiento. En Colombia son más famosos los grandes periodistas, que los mismos mandatarios o líderes políticos. Periodistas fueron Miguel Antonio Caro,  Rafael Uribe, José Eusebio Caro, Rafael Núñez, Eduardo Santos, Carlos lleras Restrepo, Marco Fidel Suárez, Salvador Camacho Roldán y  Santiago Pérez.