HORACIO GÓMEZ ARISTIZÁBAL | El Nuevo Siglo
Lunes, 6 de Agosto de 2012

Fenómenos sociales y líderes

 

No siempre es rigurosamente exacta la afirmación del carismático caudillo Jorge Eliécer Gaitán, de que “el pueblo es superior a sus dirigentes”. Es probable -o por lo menos coincide- con la expresión española muy conocida: “los súbditos son superiores a sus monarcas”, cuando el pueblo ibérico, ante la cobardía del Rey, rechazó airado la invasión napoleónica.

Los estados de conciencia colectiva, las impregnaciones ideológicas de los pueblos, los contagios sentimentales de las naciones cristalizaron en hombres egregios, como las montañas culminan en picos, sin los cuales no se hace la historia, según José Martí.

Es clara la enorme importancia de la masa en los fenómenos sociales. Pero ésta sola no logra la fuerza determinante. Sin el conductor, sin el hombre símbolo, sin el orientador y el guía, la muchedumbre se anarquizaría o fracasaría. Estas teorías y otras tesis controvertibles, en forma documentada se expusieron en la edición extraordinaria de la Revista de la Academia Hispanoamericana de Letras y Ciencias, en el año 2010, en homenaje a Colombia, con motivo de los 200 años de independencia. Además, con estudios macizos de Luis Duque Gómez, Abel Cruz Santos, Germán Arciniegas, monseñores Gómez Hoyos, y Guillermo Angulo, Otto Morales, Leopoldo Uprimmy, Antonio Cacua Prada.

Bernardez repetía “lo que tiene el árbol de florido le viene de lo que tiene sepultado”.

La historia es rica en enseñanzas y moraliza a los pueblos. Fortalece el carácter e incita a las grandes acciones. Ramiro Lagos Castro y José Luis Villamizar Melo acertaron con el excelente libro biográfico sobre Antonio Cacua Prada. Es verdad, como lo expresara Ramiro Lagos Castro, que se trata de un “historiador revisionista”. En sus obras, el profesor Cacua Prada defiende de calumnias a los próceres como Bolívar, Sucre, Santander, San Martín, Manuela Sáenz.

En la Revista de la Academia Hispanoamericana -esta institución con más de 40 años de existencia, fue fundada por diplomáticos y humanistas de todo el continente- se sostiene: “con injusticia se menosprecia al académico… Generalmente hechos de corrupción, o de violencia como un ajuste de cuentas entre mafiosos, tienen impresionante resonancia en la radio, la TV y la prensa. En cambio, el humanista es el gran olvidado en los medios de comunicación. Esto es absurdo, si se acepta que la gloria de un pueblo la da el genio cultural. Hay que promover la ciencia, la literatura, el arte. La riqueza de las naciones está en el conocimiento de sus habitantes.