Hugo Quintero Bernate | El Nuevo Siglo
Martes, 1 de Septiembre de 2015

ARRECIFES

Trompos de poner

En  la frontera colombo-venezolana se vive hoy una de las peores crisis humanitarias por cuenta de las deportaciones masivas, una de las peores prácticas de todos los “ismos”que han asolado la humanidad. Fascismo, comunismo, nazismo, sionismo, todos han recurrido a semejante método, ahora aplicado por un gobierno supuestamente de izquierda de un “país hermano”que predica, pero no aplica, la hermandad bolivariana.

Asícomo los nazis lo hacían contra las comunidades de judíos y los israelíes lo practican hoy contra los palestinos, o los rusos lo hicieron contra ucranianos, uzbekos o chechenos, ahora, aquíno más, en Norte de Santander, aparecióun “raza superior”reivindicando la técnica pero “mejorándola”con el agregado judío de “meterle bulldozer”a las casas previamente marcadas con una infamante “D”. Como el día D, pero al revés.

La dolorosa situación de los compatriotas pobres en la frontera ha sacado también el peor de los “ismos”de algunos políticos y comentaristas colombianos: el oportunismo.

Álvaro Uribe que durante su octenio vio crecer exponencial e indolentemente el número de desplazados en Colombia y que lo único que hizo por ellos fue elaborar la teoría de que eran una especie de turistas internos que les gustaba andar por ahísin tierra y sin pertenencias, no tuvo ni la menor vergüenza para aparecerse megáfono en mano a explotar el dolor de los que ahora retornaban del único lugar al que habían podido huir por el desplazamiento paramilitar o económico durante su gobierno.

Peor aún la obscenidad de uno de sus exministros liderando una protesta frente a la embajada del gobierno agresor. Alláestaba, sin ninguna vergüenza y con toda su grandilocuencia greco-caldense, la misma que ha usado en su emisora y su columna para descalificar a los jóvenes de Soacha víctimas de falsos positivos o para tratar a los desplazados de poco menos que subversivos.

Puro oportunismo político. Ni a ellos ni a ninguno de esos que se desgañitan en emisoras y redes sociales les interesa la suerte de los desplazados pobres. Lo único que les interesa es la coyuntura de poder atacar al gobierno colombiano por su presunta tibieza o al del país agresor por su excesiva calentura. De lo uno y de lo otro sacan réditos electorales.

Esos mismos desplazados tampoco le importan a la dirigencia de la izquierda nacional cuyos dirigentes más conspicuos han preferido callar, en el mejor de los casos, o hablar para respaldar al agresor reconociéndole la necesidad de responder a la supuesta agresión paramilitar que encarnan esas mujeres famélicas y esos niños desnutridos que atraviesan el rio Táchira sin nada más que su existencia.

Pobres los pobres, condenados a ser el trompo de poner de todos. De los que quieren quedarse en el poder, cuya permanencia ven amenazada por unas elecciones próximas cuyos sondeos de opinión no les favorecen. O de los que quieren llegar al poder para reinstalar sus doctrinas de guerra prolongada. Para unos y otros no son personas. Solo fichas. Peones los llaman. En sus fincas y en el tablero de ajedrez.

@Quinternatte