Hugo Quintero Bernate | El Nuevo Siglo
Martes, 19 de Enero de 2016

ARRECIFES

Sin Penn (a)

“Vender la independencia, atentado de lesa eticidad”

 

La“entrevista” que el actor Sean Penn le hizo al narcotraficante mexicano alias El Chapo Guzmán ha desatado todo un debate ético en torno al periodismo cuando se trata de ejercer ese oficio en la clandestinidad para acceder a personas al margen de la ley.

 

Lo paradójico es que la controversia se haya armado alrededor del desempeño de esa actividad por alguien que no es periodista, sino un reconocido actor de cine. En todo caso, como en toda situación que involucra la ética y la moral, lo que más se aprecia es el oportunismo y el fariseísmo de quienes siempre insisten en ver la paja en el ojo ajeno.

 

Lo que surge del episodio Penn-El Chapo es el eterno dilema de la relación del periodismo con el poder. En ese caso el poder es alias El Chapo, que, al parecer, es él, y no el Estado mexicano, quien manda en Sinaloa y la Sierra de Badiraguato. Y que el poder sea legal o ilegal debería ser irrelevante para la seriedad con la que el periodista ejerza su tarea.

 

El deber del periodista es esencialmente inquisidor y de contexto para informar verazmente. Esos deberes no cambian, o no deberían hacerlo, si el entrevistado es un mafioso en la clandestinidad o un banquero en su aparente legalidad. Es tan despreciable el periodista que condiciona sus columnas o su información a la aprobación de un Presidente de la República, como el que lo hace a la de un capo mafioso, un jefe paramilitar o un comandante guerrillero.

 

En cualquier caso, vender la independencia es un atentado de lesa eticidad.

En ese orden de ideas, no tiene nada de malo que un periodista ingrese temporalmente a la clandestinidad que lo obliga su fuente para obtener una información. El punto es que obtenida esa información sea tratada con la misma rigurosidad que cualquier otra. Como siempre, en cualquier trabajo, el resultado final es el que servirá para determinar la calidad de su autor y el compromiso con sus deberes deontolgicos. ﷽﷽﷽us deberes deontolde su autor y su compromiso esultado final es el que servirdad que lo obliga su fuente para obtener ógicos.

 

Oscar Montes, el reconocido periodista costeño, hizo sendas entrevistas en la clandestinidad a Carlos Castaño y alias Alfonso Cano, de cuya calidad y compromiso ético dan cuenta sus textos. En contraste hay entrevistas con personajes del mundo financiero, político o judicial de colegas suyos que solo tuvieron que pasar la calle para hacerlas, en las que se nota el “favor” que están haciendo.

 

En el periodismo, como en cualquier actividad, se nota la diferencia del que trabaja con empeño con la del que lo hace empeñado.

@Quinternatte