Jaime Alberto Arrubla Paucar | El Nuevo Siglo
Jueves, 20 de Agosto de 2015

“Última palabra la tendrá la Corte Constitucional”

LA INDEPENDENCIA

¿Equilibrio de poderes?

 

DESDE  la aparición de El Espíritu de las Leyes, baluarte de la literatura de la ciencia política, escrito por Charles-Louis de Secondat, Barón de Montesquieu, donde se recrea el modelo político inglés, tomado a su vez de los pueblos germanos; el mundo se ha venido acomodando a la necesidad de mantener un equilibrio entre los poderes públicos, conservando cada cual su independencia, pero trabajando juntos hacia lograr los fines del Estado, fundamento, además, de la democracia contemporánea. 

Hoy día son  muchos los factores que ponen en el filo de la navaja el sueño democrático de los poderes independientes, que ejerzan un control entre ellos.    En primer lugar, los Congresos han abandonado su independencia, al celebrar alianzas con los ejecutivos de turno, que hacen que se diluya considerablemente su verdadera función de control democrático. Los poderes judiciales se ven también influidos por los ejecutivos de turno, que participan en la integración de algunas Cortes dando lugar a una clara contaminación política de la justicia.

La reciente reforma a la Constitución conocida como el Equilibrio de Poderes,  amén de buenas intenciones, la realidad es que no hizo mayor esfuerzo por  mantener ese equilibrio. En el tema de justicia se limitó a la eliminación de la Sala Administrativa del Consejo Superior, dejando un modelo que no convence y sin solucionar los graves problemas que arrojó el funcionamiento de la Sala Disciplinaria. El Tribunal de aforados, no se sabe a qué poder pertenece ni a qué control está sujeto. Muchos estamos convencidos de que se podría haber hecho mayor arrojo para contrarrestar los serios problemas que aquejan a la administración de justicia. La reforma se limitó a controlar a la rama judicial  únicamente, poner en cintura la función electoral de los magistrados y a sustituir a la Comisión de Acusación de la Cámara en su función preliminar de investigación.

La demanda anunciada por el Fiscal a  la parte judicial de la reforma la acusa de haber sustituido la Constitución, cuestión que no podía haber hecho el Congreso  sino una Asamblea Constituyente, además de romper el equilibrio democrático y de haber violado los principios de unidad de materia, conexidad, identidad y consecutividad. La última palabra la tendrá la Corte Constitucional y su sentencia,  se espera, sea el verdadero equilibrio de poderes.

El escenario donde se anunció la demanda fue precisamente en el encuentro de la Jurisdicción Ordinaria llevado a cabo en Cartagena la semana pasada, que aglutina las cúpulas del poder judicial de toda la República y donde el tema tuvo que ser bien recibido. Importante también que la rama se preocupe por los diálogos de paz en La Habana, aunque no es necesaria tanta lisonja para el ejecutivo que desluce la independencia que deben tener los jueces. No olvidemos que la justicia nunca es obstáculo para la paz, por el contrario, es el principal instrumento para conseguirla. Pero sin una justicia independiente, eficaz y restaurativa, jamás podremos conseguir la paz.