Jaime Pinzón López | El Nuevo Siglo
Miércoles, 11 de Mayo de 2016

Entre Salomón y Maturana

 

RESPECTO de las demandas de Nicaragua en La Haya nos ubicamos entre los fallos salomónicos y “perder es ganar un poco”, con la asesoría de  juristas contratados hace años en  posición contraria a la definida por el presidente Juan Manuel Santos de desconocer la competencia del Tribunal en cuanto a la solicitud del vecino país para extender su plataforma continental a más de 200 millas náuticas y de  suscribir  Tratados para desenredar la sentencia del 2012 que borra el meridiano 82 como frontera.

 

Ante la notificación de la Corte Internacional de Justicia de fijar en el caso de la  plataforma  un plazo, entre el 28 de septiembre de 2016 y el 28 de septiembre de 2017 para recibir memorias de los dos Estados, la señora canciller sostiene: “La decisión de no comparecer no implica  renunciar a hacer uso del derecho de defensa en el mencionado proceso, tal y como lo prevé el artículo 53 del Estatuto de la Corte,” es decir “estamos pero no estamos.”

 

Eso es difícil de entender, como  la actitud de no asistir a la convocatoria del debate convocado en el Congreso para explicar el derrotero en un tema  que se refiere a acordar el futuro del mar en el Caribe lo cual no es trazar líneas en perjuicio del medio ambiente, de la protección de la reserva de “Sea Flower,” del derecho a la pesca, del espacio aéreo, de las reglas para exploración y explotación de recursos,  del acuerdo que debe concretarse con Nicaragua y otros Estados para desarrollar  un gran programa de integración, en beneficio común.

 

La  determinación presidencial no hila con las noticias dispensadas a cuenta gotas por la cancillería y dificulta el respaldo que muchos hemos comprometido empezando por los señores ex presidentes y la Comisión Asesora de Relaciones Exteriores.  ¿Se abre un capítulo de diplomacia secreta que  conduce a más  “fallos salomónicos?  El país tiene el derecho de ser informado, de saber quiénes y con cuál autorización  prosiguen la entrega de Soberanía con olvido de que   tienen la obligación constitucional de asumir responsabilidades y de justificar sus actos.

 

Los ciudadanos deseamos  que los representantes de la Nación, especialmente quienes  propusieron el debate, pospuesto varias veces, hagan sentir su voz y que los citados concurran  a explicar qué hacen y hacia dónde nos dirigimos. Queremos enterarnos  de la forma como procederá Colombia de acuerdo con lo determinado por el presidente de la República.

 

Recuerdo a asesores y agentes la existencia del verbo renunciar, concilio católico no se celebra con cardenales protestantes, ni saldremos adelante con el “perder es ganar un poco.” Creo  que el propio profesor Maturana está de acuerdo  con lo anterior.