JAVIER A. BARRERA | El Nuevo Siglo
Sábado, 19 de Octubre de 2013

Estupidez mental

 

Es un hecho, Timochenko y su recua de militantes tienen un problema mental. Probablemente no tienen capacidad intelectual disminuida, pero indiscutiblemente sufren de incapacidad para entender la realidad. De hecho, las acciones de ese grupo armado me recuerdan un ensayo de José Antonio Marina, filósofo español, titulado La inteligencia fracasada. Teoría y práctica de la estupidez.

Dice Marina en su ensayo que el problema del fracaso de la inteligencia está en que los individuos, o los colectivos, tienden a pormenorizar el análisis de sus actos. De ahí que nos encontremos en la vida personas como las pertenecientes al Secretariado de las Farc, propensas al dogmatismo, al fanatismo y con una capacidad de raciocinio disminuida. Pienso en esto mientras trato de entender ¿qué podían tener en la cabeza los criminales de las Farc? Cuando, de forma deliberada, abrieron fuego a un bus de transporte público. Disparar al bus porque no se detuvo es una sencilla muestra de que ese grupo armado no respeta a la sociedad civil, no respeta el país.

Dice también el filósofo en su ensayo que uno de los grandes peligros de la inteligencia estructural es que ésta corre el riesgo de ser cancelada por procesos internos que conllevan a que los individuos actúen bien sea con furia, posturas estúpidas o, como creo es el caso de Timochenko, con exceso de optimismo.

No estoy tratando de decir que el cabecilla de las Farc y todos los militantes de esta narco-guerrilla sean unos discapacitados mentales. Nada más lejano de la realidad. Lo que digo es que, a pesar de inteligentes, la incapacidad de pensar más allá de sus anhelos los convierte en verdaderos inteligentes fracasados. Estúpidos de profesión y convicción. Lo que no entiendo es cómo Timochenko continúa asumiendo que las Farc tienen la legitimidad para actuar como autoridad de los colombianos, y mucho menos comprendo qué variables le hacen pensar a ese grupo de idiotas armados que la sociedad civil ve algo positivo en ellos. Si algo se puede decir de la sociedad colombiana es que cuenta con una capacidad de perdón bastante elevada, y que si las negociaciones con las Farc han fracasado sistemáticamente, es porque este grupo se ha encargado de sabotear toda oportunidad de reconciliación.

Si Colombia no perdona a las Farc no es porque su sociedad esté conformada por sicópatas sedientos de sangre. Es simplemente porque esa narco-guerrilla hace mucho tiempo excedió los límites de lo “perdonable”.

@barrerajavier