JUAN ÁLVARO CASTELLANOS | El Nuevo Siglo
Miércoles, 12 de Octubre de 2011

TLC, a ojímetro
El  esperado Tratado toma cuerpo frente a la mirada expectante de la mayoría de los sectores que integran la economía colombiana. Partidarios y opositores, disminuyeron el forcejeo de conceptos que se advirtió hasta hace 5 años, cuando terminó la negociación entre Estados Unidos y Colombia.
La pausa, a la espera de la ratificación, calmó al menos en Colombia, la fricción entre los dos bandos y, permitió que técnicos y políticos, en la materia, tomaran aire fresco y respiraran profundo. En los más refinados escenarios de industria, finanzas y comercio, se llegó a vaticinar que el destino del TLC con Colombia, sería su devolución y archivo en el Congreso estadounidense.
Para mirar la otra cara, esta columna hace sondeo de opinión, entre quienes menos hablan en público; no se les invita a la mesa de las grandes decisiones y debaten en círculos pequeños, sin trascendencia, pero a la hora de la verdad, se convierten en piezas clave, cuando se mide la realidad de los mercados.
Son los mismos a quienes se les define de manera despectiva, como “sectores de economía popular”. Esos protagonistas, son los pequeños y medianos empresarios, vistos de lado, en estudios y análisis de avezados expertos.
Consideran que al ver el TLC por encima es bueno porque significa un mayor flujo comercial con alto consumo entre los dos países. Por dentro, lo miran con dudas, porque se desconoce cómo será en la práctica la aproximación de los mercados y, cuál la tendencia y el manejo que harán grandes empresas transnacionales que dominan el comercio exterior.
Pequeña y mediana empresa tienen reservas en cuanto a su participación en el TLC, inclusive -dicen- frente a sus propios competidores nacionales. No descartan tener representación directa en el mercado de compradores en EE.UU.
No hay infraestructura que aguante el tránsito aéreo, marítimo y terrestre de carga en los dos sentidos. Cuando las obras se vayan a adjudicar entrará el país en otro debate, ante la desconfianza que hay en licitaciones y contratos.
Pequeños y medianos empresarios reconocen colaboración del Fondo Nacional de Garantías para respaldar ante la banca créditos dirigidos a producción y arreglo de instalaciones, para elaboración de manufacturas y confecciones, de su oferta exportable el próximo año.
La incógnita está en productos agrícolas y derivados, enfrentados al reto de los estadounidenses, producidos con subsidios, en condiciones de ofrecer calidad y bajos precios.
El TLC comenzará a ojímetro. Para Colombia será como caiga y como se venga, en medio de improvisación. Sus resultados se verán en más de un año.