Clima de opinión
La alianza estratégica de algunos medios con una de las empresas especializadas en encuestas, en un trabajo denominado Colombia Opina, acaba de hacer un aporte a la consulta pública en relación con temas de inquietud en la vida del país, para llegar a conclusiones que, en porcentajes, se deben traducir en pensamientos y tendencias de la sociedad civil.
Esa práctica y su objetivo tienen reconocimientos, por cuanto enriquecen la teoría de fortalecer la expresión general como parte vital del desarrollo de un Estado Social de Derecho.
Quedan flotando en el aire interrogantes sobre la temática y el enfoque de preguntas al ciudadano alrededor de aspectos como el índice de favorabilidad del Presidente, eficiencia o ineficiencia de los ministros y la confianza en instituciones públicas. Averiguar sobre la simpatía de funcionarios de Gobierno o personajes en general sólo aumenta el manual de vanidades.
Con estos interrogantes se insiste en imagen y no en materia para obtener resultados que les permitan a las ramas del Poder Público, por ejemplo, tenerlas en cuenta a la hora de tomar decisiones, o de pesar en justa balanza lo que se puede mantener o descartar en legislación de reformas de interés ciudadano, varias de ellas esperadas hace muchos años.
En cambio tienen alcance preguntas sobre los mayores problemas del país, en las que se espera encontrar dónde están las dolencias, y buscar soluciones. Esta característica de encuestas es propia para preguntar lo que se debe preguntar en temas sensibles, por encima de lo liviano.
Sería oportuno seleccionar por lo menos cinco áreas sobre las cuales se está reclamando hacer referendo o consulta popular. Una modalidad que quizá no sustituiría esos eventos democráticos, pero mostraría una tendencia.
Vuelco en la política antidrogas; legalización o restricción en algunos casos; marco jurídico para otorgar al Primer Mandatario facultades para un proceso definitivo de paz; propuestas para desarticular las Farc, aparte de la desmovilización y entrega de secuestrados, y modelo sin vericuetos en salud, contributiva o subsidiada, entre otros.
El sondeo con preguntas cerradas para respuestas concretas es el camino más claro. Ahorraría tiempo, ganaría credibilidad y mediría en su real dimensión el concepto de todos los sectores sociales.
La encuestas deben ser para indagar a fondo lo que las mayorías quieren que se pregunte con prioridad, sin desconocer que cada quien es libre de hacerlo como quiera, pero en Colombia la frivolidad le gana a la seriedad.
El clima de opinión reclama espacio entre la ciudadanía, porque estamos en un país con carga de desorden, pereza y corrupción hace más de 50 años.