“Bogotá, una exigencia de cumplimiento inaplazable”
LA OTRA CARA
Sin esperas
El punto de mira después de elecciones se centra en la capital, la más extensa, la más densamente poblada, la más deteriorada y la que tiene más riesgo de estallido habitacional, no solo por inseguridad, sino por incomodidad en espacio para movilizarse, y en fin, para vivir en esta selva de cemento ocupada por cerca de 10 millones de personas.
Todo está dicho para gobernarla en los próximos 4 años. Todo está proyectado para limpiarla y sanarle sus heridas, en fachadas e infraestructuras, como lo reclama este primer gran centro urbano, golpeado por vándalos y delincuencia en todas partes. Es quizá la primera prioridad, entre otras.
Todo está prometido y explicado por el elegido Enrique Peñalosa, quien prende maquinaria, con respaldo de distintos sectores ciudadanos, y con más espíritu independiente que de partidos. Ojalá en esa misma proporción se advierta, el sentido de gobernar con todos y para todos, como se esperaba en Bogotá.
No pocos medios ciudadanos consideran que a la par con laboriosidad se requiere, en adelante, emprender acción que consulte opinión y sentimiento del común, para decidir y hacer lo que hay que hacer, no para satisfacer gustos o intereses grupales, sino para todas las escalas sociales. Las alianzas con privados, son bien recibidas y serán mejor acogidas, si se hacen a la vista pública para saber con quién se pactan, valor de esos contratos y términos de cumplimiento. “Mira con quién negocias y te diré quién eres,” principio empresarial siempre vigente. Es disciplina ejecutiva que conoce Peñalosa, pero que también lo debe aplicar el círculo de personas a colaborar en cada área administrativa y operativa del Gobierno.
También se requiere una respuesta comunitaria propositiva, desde las 20 localidades, convertidas en grandes ciudades dentro de la capital.
Dialogar y decidir es uno de los primeros pasos impostergables, para acuerdos y medidas sociales, al ordenar la casa, la más grande del país con carga de desplazados, silenciosa, pero creciente. Es la población olvidada en las propuestas del mandatario elegido.
Quienes afirmaron, después de confirmarse el resultado electoral, que harán control político al nuevo alcalde capitalino, tomarán mal ruta, si se trata de hacer oposición a todo. Una vieja maña pueblerina que frenó el desarrollo de Bogotá, hace más de 50 años. El reto es ya, para recuperar la capital, con equipo administrativo y plan de trabajo inmediato. Es exigencia de cumplimiento inaplazable para resolver al menos, más del 50 por ciento de necesidades urgentes y, sin esperas, prender motores.
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