JUAN DIEGO BECERRA PLATÍN | El Nuevo Siglo
Domingo, 11 de Diciembre de 2011

Dramas repetidos

Si hay algo que puede romper el corazón de los colombianos en medio de esta Navidad que comienza es la tragedia de La Niña que vuelve a dejarnos con el agua en las rodillas, con millones de colombianos con sus enseres bajo las aguas negras y con uno que otro avivato con los bolsillos llenos mientras el país llora al menos tanta agua como viene cayendo.

Nadie se acuerda de las ayudas que hace apenas unos meses se pregonaban por doquier, las obras que tanto prometieron parece que no pasaron del papel y por lo que podemos esperar al final todo seguirá siendo igual.

Lo que realmente parece de no creer es que a pesar de las numerosas voces de alerta que en el primer trimestre el año se levantaron advirtiendo lo que nos esperaba en esta temporada, y que era de verdad serio, hoy hay miles de colombianos que deben una Navidad sin siquiera un techo, por cuenta de la improvisación que tanto caracteriza a nuestras autoridades. Claro, quizá ha caído más agua de la imaginada, pero tampoco nos pueden meter los dedos en la boca diciendo que lo que se hizo fue suficiente.

Y como no es de extrañar en Colombia, nadie responde. Las alcaldías y gobernaciones ni suenan, el Gobierno central aparece por ahí a ofrecer subsidios y la tragedia pasa para todos menos para los afectados y al final mañana seguiremos en las mismas.

De nada sirvió la administración privada tan defendida en el capítulo anterior del desastre, de nada las voces de millones de colombianos que aportaron al menos algunas oraciones.

Ahora vendrán de nuevo las recriminaciones cruzadas, los tonos airados diciendo que los recursos no fueron suficientes o que los entregaron tarde, o de repente simplemente que había otras prioridades, como darle un carro nuevo al gobernador o comprar nueva papelería. Y los colombianos bajo el agua, pensando al menos en tener un piso seco para dormir en la próxima Navidad, lejos de las discusiones políticas que al final son las que los tienen inundados.

Parece que nadie se hubiese dado cuenta de que el Poder Ejecutivo en nuestro país sirve para todo excepto para ejecutar lo que debería ejecutar, siendo aún más grave en cuanto el poder se va alejando de la administración central. En ese momento es en el que deberían existir los partidos políticos controlando a sus representantes, pero creo que sólo puede decirse que se preocupan apenas por la entrega de avales. Que viva nuestra política.

juanego18@gmail.com