Hace más de dos años concentré mis esfuerzos en indagar el fenómeno del colapso de las colmenas, de manera reiterativa aparecían notas sobre la muerte de grandes cantidades abejas y en ese camino se revelaron varias causas por las cuales estaban muriendo y su números en franco decrecimiento. Las más importantes están asociadas a un paisaje sin flores, la práctica del monocultivo, el ácaro barroa y el cada vez más intenso uso de pesticidas en los cultivos. Dentro de estos pesticidas, unos de altísima letalidad para los polinizadores: los neonicotinoides.
Los neonicotinoides son insecticidas que actúan sobre el sistema nervioso central de los insectos, les causa parálisis que trae como consecuencia una muerte lenta y dolorosa, bloquean una ruta neuronal específica, lo que los hace selectivos y con efectos residuales prolongados. Estas sustancias son absorbidas por las plantas y naturalmente están presentes en el polen y el néctar materias primas en la alimentación y labor de polinización que cumplen las abejas y demás polinizadores, razón por la cual el uso de los insecticidas de esta familia especialmente el Clotianidin, Thiamethoxan, Imidacloprid y Fipronil está severamente regulado en Europa.
En el país existen cerca de 200 de estos productos que se comercializan para el control de plagas en cultivos, entre otros, de tabaco, fríjol, tomate, cítricos, maracuyá, café, arroz, soya, algodón, trigo, maíz, sorgo, zanahoria, uva, cebolla, plátano, papa, pasturas y árboles ornamentales, pero dicho uso, a pesar de las alertas constantes sobre sus efectos, no se encuentra debidamente regulado, razón por la cual acudimos ante el juez constitucional con el fin de lograr su uso racional y amigable con el medio ambiente, instauramos una acción popular ante el Tribunal Administrativo de Cundinamarca con el fin de lograr la protección de las abejas y polinizadores.
El Tribunal de Cundinamarca, el pasado 12 de diciembre, ordenó la conformación de una mesa de trabajo sobre Neonicotinoides en Colombia y allí deben estar presentes los Ministerios de Agricultura y Desarrollo Rural, Ambiente y Desarrollo Sostenible, el Instituto Colombiano Agropecuario, la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales, la Sociedad de Agricultores de Colombia y la Fundación Natura.
La Mesa de trabajo deberá concentrar sus esfuerzos en profundizar la investigación científica, hacer una valoración de la ciencia actual en relación con el impacto de los neonicotinoides en la mortalidad de abejas y polinizadores; con la evidencia encontrada deberá adoptar las medidas que lleven a su eliminación progresiva, estableciendo alternativas para su uso o buscando otros medios para el control de plagas.
Es un gran avance en la conservación de estos grandes compañeros de viaje, claves en la producción de alimentos, estratégicos para mantener los ciclos vitales de la inmensa mayoría de la vida terrestre y los mejores aliados en la producción de frutos y semillas. Con seguridad las generaciones futuras sabrán valorar adecuadamente la mano amiga que hoy la justicia le extiende a estos pequeños seres en tamaño, pero gigantes en los beneficios que le traen a la humanidad y a los ecosistemas.
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