De la noche a la mañana, Colombia entró en la guerra de los drones y advierte la existencia de una guerrilla que se multiplica sin control, mientras su presidente suspende su participación en el foro mundial que buscaba acabar con los conflictos nacionales e internacionales, especialmente el de Rusia Ucrania, por la ausencia del primero.
Petro se fue de viaje a Europa, en donde reunió a todos sus embajadores de esa región, con el fin de enfrentar las beligerancias, colisiones y conflictos que entorpecen la paz del planeta. Era su propósito, asumir un liderazgo que ni siquiera puede mostrar en Colombia.
Mientras deambulaba por las añejas avenidas del viejo mundo, o sufría con los rígidos horarios que le fijaron las realezas y personajes, sintió cómo se diezmaban sus propósitos de liderazgo mundial por la paz y la descarbonización.
Optó entonces por unas prefabricadas entrevistas de bajo orden, mientras su comitiva oficial le recomendaba regresar, porque en su reino se multiplicaba la guerra, peligraban sus proyectos legislativos y afloraban con fuerza sus desaciertos. Alguien le “sopló” que su paz total caía a pedazos ante la aparición en Colombia de los drones que siembran el terror en las guerras de Ucrania-Rusia y otros territorios del orbe.
Esos bélicos tecnológicos dejaron al descubierto cuanto nos acontece. El crecimiento a más de 17.000 hombres con los que las guerrillas atormentan nuestro territorio y nuestra sufrida población. La proliferación de carro-bombas, moto-bombas, lanzacohetes y ahora los drones lo “enteraron” que son los mordiscos, los comandos centrales, antigua Marquetalia, elenos y demás facciones y camarillas, quienes regentan, conducen, manipulan y administran campos, pueblos y ciudades, mientras ejército y policía esperan órdenes de su viajero jefe supremo para poder actuar.
Es increíble que hoy existan sitios en los cuales los guerrilleros instalan grupos -inclusive sin armas- para que hagan y deshagan. Ordenan paros armados, ordenan las extorsiones y siembran el pánico.
Entre tanto, el país tiene que soportar la carencia de una fuerza pública que lo defienda, una nación que pueda organizar su economía, crear empleo, formalizar su fuerza laboral, incrementar sus exportaciones, pedirle al sector financiero equidad, apoyar a los emprendedores y fortalecer el campo.
Procolombia debería desplegar su acción al máximo. Sus funcionarios deberían, maletín en mano, recorrer el territorio apoyados por los gremios económicos, buscando productos para exportar, que sumen millones, para atender la demanda internacional. El solo tratado con USA abrió aún más sus puertas cuando eliminó aranceles a la China.
Por lo pronto, los sabios en economía, encabezados por el profesor Ferrari, deberían abrir el cerebro al mandatario para que atempere esos arrebatos y éxtasis, de prohibir las exportaciones -políticas- de carbón a Israel y debilitar nuestra economía petrolera. Este último viaje también parece haber marchitado su liderazgo descarbonizador.
El presidente debe entender la nueva era en la que se encuentra el mundo y entender la urgencia de un cambio, no la metamorfosis que dice traer su gobierno. Ojo: los drones están encima de esta patria.
BLANCO: El presidente Biden abrió las puertas a indocumentados que habitan su territorio. Millares de colombianos podrán legalizar su situación muy fácilmente.
NEGRO: Funesta e inconstitucional reforma pensional la que proyecta firmar Petro: aplicar impuesto a las pensiones. Le faltó un debate. ¡Otra de Petro!