Esta novela no ha terminado. Hay varios capítulos extraviados, perdidos o escondidos a propósito. Parece una obra de misterio, porque sus recónditos pasajes parecen ridículamente fabricados para llegar a un fin sospechoso e inaccesible a la razón. Pero en la medida en que se descorre el velo, se agigantan los objetivos que ciertos sectores políticos persiguen, guiados por los enemigos de una paz estable y duradera. Ese es el sainete del caso Santrich, que involucra Jep, Farc, fiscalía, Centro Democrático, paramilitares, ejecutivo, legislativo y judicial.
Frenéticamente se acude a falaces argumentos para demoler y volver trizas los acuerdos que nos han permitido tranquilidad y convivencia. El jefe del Centro Democrático y sus áulicos, dicen que hay que acabar con la Jep, pero que por falta de votos, tendrán que pedir al legislativo 8 modificaciones.
Iniciaron sus ataques y desprestigio de la JEP desde que la debatieron en el Congreso. No resisten un país en paz y una población pensante, libre y tranquila. Con falsas noticias, denigraciones y miedos lograron ganar el plebiscito con unos pocos votos. Sus partidarios se han favorecido con la JEP, pero siguen mancillándola y censurándola. Nada los llena, su objetivo es: ¡destruirla! Por ello el autor de “La Inconclusa”, novela de puño y letra de NHMN, sale con el capítulo de Santrich, en el cual sus protagonistas caen en toda suerte de contradicciones. Un fiscal de la JEP sin poder alguno, recibe fajos de dólares de la Fiscalía. Se ofrecen 12 millones de dólares para que Santrich no sea extraditado, sin que pueda existir funcionario alguno de la JEP para lograrlo. (Si Trump ofrece 1 millón de dólares por el hijo de Bin Laden, ¿Cómo explicar que Santrich, valga doce veces más?) Se critica al fiscal de la JEP, pero no a Moreno, fiscal anticorrupción, nombrado por Néstor Humberto Martínez, autor de esta novela inconclusa. Tampoco por ello ven sombras en la Fiscalía.
Quieren que sea el Presidente Duque quien haga el gasto de enterrar la paz, objetando la Ley Estatutaria. Desprestigian por igual y sin rubor a magistrados y empleados de la JEP, con su presidenta Patricia Linares a la cabeza. No han ahorrado epítetos del más grueso calibre contra la honestidad de unos funcionarios que están aplicando justicia sin impunidad, ajustándose a leyes y normas legales existentes, así no se haya firmado la ley estatutaria de la JEP.
Si como lo afirma el senador Uribe, encuentra sombras en la JEP, también las hay en la Fiscalía y demás entidades de los tres poderes, desde su gobierno. Debe entonces buscar una reforma total, no parcial, engañosa o pérfida.
De todos los sectores de la población, piden que se mantenga la JEP y se firme la esperada Ley. El ecuánime Procurador pide claridad sobre esta maraña, engañosa y malintencionada, porque la novela sigue inconclusa.
NEGRO: Peñalosa, tuvo que eliminar el eslogan: “Bogotá mejor para todos”, porque se volvió “peor para todos”.
NEGRO: Los apuros en que se encuentran los “Matador-crocs”, zapatos oficiales del uribismo.