No flaquea la señora alcaldesa de Bogotá, Claudia López, en su intención de crear una nueva policía para la capital y espera que este laboratorio se extienda a las ciudades principales del país. En varias columnas nos hemos referido a tan sugestivo tema, por nuestro afán de llamar la atención y pedir a los asesores, que impulsan desde la admiración un proyecto tan controvertido como peligroso, adelantar estudios profundos y detallados sobre esa nueva agrupación o asociación, paralela a nuestra Policía Nacional.
No es tarea fácil darle vida a una entidad que debe asumir responsabilidades tan significativas como es la defensa de la vida, honra y bienes de la comunidad, más aún, si en cumplimiento de esta misión deben enfrentar una criminalidad agresiva y organizada, porque ante la delincuencia no habrá distinción entre servidores que desde esquinas diferentes combaten el delito en todas sus formas. Sería una utopía pensar que se puede marcar una línea divisoria que fije a cada institución tareas diferentes, pues tanto los antisociales como la ciudadanía, cuando de actuar se trate, no podrán distinguir unos, quien los combaten o persiguen y los otros, a quienes clama auxilio o protección.
Créanme. La experiencia nos ha mostrado que estos ensayos no son saludables ni estratégicamente viables. Además, los compromisos administrativos y operativos demandan recursos económicos significativos y de largo aliento.
Es urgente entender que, para organismos de este talante, la incorporación debe ser exigente y rigurosa, pues no se puede convertir en fondo de empleo, dando cabida a todos los aspirantes que sin vocación de servicio o por recomendaciones especiales anhelen ingresar al grupo.
Otro aspecto de suma importancia tiene que ver con la formación y capacitación para estos noveles servidores públicos; se ha colado en el ambiente la posibilidad que la Policía Nacional les imparta el entrenamiento necesario, lo que es un recurso valedero, sin olvidar el periodo y la exigencia establecida para esta tarea en la institución. Por tanto, antes de dos años, teniendo en cuenta la incorporación y formación, no podrá contar la capital del país con este recurso, tan vehementemente impulsado por la doctora Claudia López.
Permítanme llamar la atención de los asesores para recomendarles que en su estudio tengan muy en cuenta el contenido salarial y con ello las horas extras que no se contemplan en la fuerza pública. Imposible terminar sin hacer referencia a los cuadros de mando, que requieren un nivel diferente y capacitación especial.
Sería interesante conocer el proyectó a fondo, porque presentado en el papel y bien motivado en la urgencia de combatir el delito y forjar seguridad, puede suscitar simpatizantes, pero existe la posibilidad de generar un desgaste poco calculado. Es por ello que insisto en estudios amplios, que aún la misma policía nacional puede proporcionar, pero con tiempo y recursos.