La muerte de la juez de la Corte Suprema de Justicia de Estados Unidos, Ruth Bader Ginsburg, más conocida como RBG, es un llamado a poner los reflectores en la participación de la mujer.
RBG, pequeña de estatura pero inmensa en su legado, fue una de las mayores exponentes de la lucha por la equidad de género. Un ícono cultural no solo en Estados Unidos sino en el mundo. Su batalla por ocupar un espacio en un terreno dominado por hombres y pelear incansablemente por una mayor participación femenina, la convirtió en la magistrada de la Corte Suprema más reconocida en la historia de su país. A sus 84 años le pedían autógrafos como si fuera una estrella de rock. Y no es para menos, su lucha por lograr un papel más relevante de las mujeres en la sociedad fue invaluable. Por eso su partida es un llamado a reflexionar al respecto.
En Colombia, uno de los efectos de la pandemia ha sido el retroceso de la participación femenina en el campo laboral. Son bien conocidos los números entregados por el DANE en donde el desempleo para las mujeres entre mayo y julio fue de 25.5 %, mientras que para los hombres de 17%. Y no contentos con eso, los reportes sobre violencia intrafamiliar han sido escandalosos. De acuerdo con la Fiscalía después del hurto, la violencia contra la mujer es el segundo delito más denunciado con 38.331 casos. Que los homenajes a RBG sean la oportunidad para poner los focos sobre esta otra pandemia.
Uno de logros que se le podían reconocer al presidente Duque era tener un gabinete paritario por primera vez en la historia. Acomodado a su tiempo, entendió la importancia de la participación femenina. Sin embargo, durante la crisis sanitaria esto también empezó a retroceder. La ministra de minas María Fernanda Suárez fue remplazada por un hombre. A la ministra Alicia Arango, en la cartera de trabajo, la remplazó un hombre. Y ahora, a la ministra Margarita Cabello en justicia, la remplazará también un hombre.
Tristemente, otro duro golpe para la representación de la mujer en cargos de poder se dio con el anuncio del retiro de Terpel de Sylvia Escovar, la única presidenta de una de las diez empresas privadas más grande del país. Con su anuncio se conoce que el próximo año no tendremos a ninguna mujer presidiendo alguna de las compañías más grandes de Colombia, pues a ella también la reemplazará un hombre.
Como si no fuera suficiente con todo lo anterior, la semana pasada el Instituto de Ciencia Política decidió organizar un panel sobre la innovación en el agro, invitando a doce hombres y sólo a una mujer -¡Chocaba ver el cartel!- No se entiende cómo pensaban innovar manteniendo el statu quo de tener como voz mayoritaria a los hombres. Pero lo más sorprendente es que los destacados invitados no tomaran posición frente a tan evidente exclusión.
Por eso vale la pena que el fallecimiento de RBG nos recuerde lo que alguna vez mencionó: será suficiente cuando todas las sillas de la Corte sean ocupadas por mujeres. Siempre han sido hombres y nunca nos ha sorprendido.