La semana pasada la senadora del Centro Democrático, María Fernanda Cabal, anunció su precandidatura presidencial. Lo que algunos consideran un absurdo, pues piensan que es imposible que una figura tan radical y pintoresca como la de ella pueda llegar a la Casa de Nariño en el 2022, yo lo considero un peligro.
Cabal ha venido jugando la estrategia “Donald Trump”. Ha calcado una a una sus actuaciones, implementándolas a la criolla. Empezó forjando una mini dinastía familiar. Su esposo, el poderoso ganadero José Félix Lafaurie, sigue firme como un cañón al frente de Fedegán sin que nada ni nadie lo pueda tocar. Su hijo, Juan José, ya empieza a montar una campaña para llegar al Congreso a ocupar su curul y no desaprovechar los votos que ha cultivado en estos ocho años. Es decir, toda una familia en el sector público sin dejar espacio a la pérdida de poder, ganando con todas las caras de la moneda. Cabal se valoriza con su precandidatura presidencial, Lafaurie adquiere más poder y con el heredero mantienen su espacio en el legislativo.
María Fernanda también ha venido copiando la relación con los medios de comunicación. Al igual que Trump, los ha graduado como enemigos encontrando que ante su electorado la prensa es un rival rentable. Como el expresidente norteamericano, da entrevistas principalmente a quienes se alinean con su pensamiento y no le plantean crítica alguna. Trump prefería Fox News, la senadora Cabal a la revista Semana. La estrategia en redes sociales se basa en la misma estructura de trolls que diseminan noticias falsas para replicar su discurso y atacar a su “enemigo”.
Cabal, igual que Trump, utiliza un lenguaje chabacano y mundano, acercándose a quienes no quieren acoger la narrativa de Colombia como un país diverso y pluricultural. La senadora se expresa como lo hace aquel ciudadano del común que no está dispuesto a ceder privilegios y que se ve amenazado por la visión política que plantea la existencia de deudas pendientes con comunidades afro y aborígenes. Sin siquiera ruborizarse, la senadora ha planteado que los reclamantes de tierras son una parranda de comunistas que quieren implantar el “castro-chavismo” haciendo parte de grupos de izquierda que quieren arrebatarle propiedades a los ricos. Aunque a muchos les parezca risible, ese discurso trumpista que Cabal ha aplicado a la criolla, cala fuertemente en varios sectores de nuestra sociedad.
Por todo lo anterior, no creo que se pueda ni se deba subestimar una candidatura como la de la senadora del Centro Democrático. Así sus salidas de tono den para burlas y memes en las redes sociales, con ella se podría repetir la historia de Estados Unidos, en donde todos veían a Trump como un payaso, incluso su propio partido, y les terminó ganando. A Cabal muchos dentro del Centro Democrático la ven como una fanática radical y otros tantos en el resto del país, la ven como una caricatura. Pero esa señora que muchos ven así puede llegar a convencer a varios colombianos y terminar siendo la representación de la derecha en las próximas elecciones.