Liderazgo de mujeres sigue estancado | El Nuevo Siglo
Viernes, 7 de Octubre de 2022

Durante la sesión de alto nivel que abrió la 77 Asamblea General de las Naciones Unidas (Agnu), el recuento de oradores demostró la persistente desigualdad de género entre los líderes mundiales. De los 190 que subieron al podio de mármol de la gran sala de la ONU, solo 23 fueron mujeres, alrededor de 10 % de los participantes.

Entre los oradores de la semana de alto nivel, entre el 20 y el 26 de septiembre, hubo 76 jefes de Estado, 50 jefes de gobierno, cuatro vicepresidentes, cinco viceprimeros ministros, 48 ministros y siete jefes de delegación.

El presidente de la 77 Asamblea General, el húngaro Csaba K’rsi, se consoló al afirmar que “aunque su número es reducido, las mujeres líderes tienen un gran potencial”, citando a la exprimera ministra de Nueva Zelanda, Helen Clark, moderadora de la primera Plataforma de Mujeres Líderes de la Asamblea General de este año.

Pero la reacción de los activistas de derechos y de las organizaciones de la sociedad civil fue mucho menos conciliadora. Antonia Kirkland, directora mundial de Igualdad Jurídica de Equality Now (Igualdad Ya), dijo que “el escaso número de mujeres líderes que hablaron en la Agnu este año es muy preocupante, dado el retroceso en los derechos de las mujeres en muchas partes del mundo, incluso en Estados Unidos, donde se reúne la Asamblea General”.

Existe una correlación bien documentada, dijo, entre la paz y la seguridad en general, el desarrollo económico y los derechos de las mujeres, que repercute en todos.

“El escaso número de mujeres líderes que intervienen en la Agnu es menos de la mitad del ya escaso número de mujeres parlamentarias en todo el mundo”, dijo Kirkland, recordando datos de la Unión Interparlamentaria Mundial que fija en 26 % las mujeres en los poderes legislativos.

Para la directiva de la organización que promueve los derechos de las mujeres y la igualdad de género en el mundo, las barreras dentro de la ONU a la participación de las organizaciones no gubernamentales, facilitan que se reduzca la vigilancia sobre la inequidad en los liderazgos.

“A medida que se hace más difícil el acceso de la sociedad civil a las Naciones Unidas, las organizaciones de derechos de la mujer tienen menos oportunidades de hacer que los gobiernos rindan cuentas de sus obligaciones legales y compromisos para garantizar la igualdad de género”, afirmó Kirkland.

Las críticas se producen en medio de una larga queja sobre la marginación de las mujeres en los niveles más altos de la ONU desde su creación, en una realidad que cambia en forma muy paulatina y limitada.

La proporción hombre/mujer en la Secretaría General es de nueve a cero. Y la Presidencia de la Asamblea General (PGA), el máximo órgano político de la ONU, tampoco se queda atrás. El resultado es de 73 hombres y cuatro mujeres como PGA, incluido el nuevo presidente que comenzó en septiembre a cumplir un año de mandato.

Desde 1945, las únicas cuatro mujeres elegidas como presidentas fueron: la india Vijaya Lakshmi Pandit (1953), la liberiana Angie Brooks (1969), la bareiní Sheikha Haya Rashed al Khalifa (2006) y la ecuatoriana María Fernando Espinosa Garcés (2018).