Religión y política en EE.UU.
Ante la creciente posibilidad de que Mitt Romney sea, no sólo candidato del partido republicano en las próximas elecciones presidenciales de los Estados Unidos, sino de que, ante la pérdida de prestigio de Barack Obama, alcance la Presidencia, algunos han aducido el argumento religioso para combatirlo: Romney es mormón practicante. Se cuestiona si su religión es compatible con el ejercicio de la primera magistratura. Este parangón entre la religión de un candidato no protestante y la Presidencia de los EE.UU. no es nuevo y se suscitó durante la candidatura de John Kennedy cuando, por primera vez, un católico aspiraba a la Presidencia. ¿Los principios de un mormón contradicen la Constitución de los Estados Unidos?
La religión mormona se denomina oficialmente “Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días” y llaman a sus adeptos “santos,” pero se conocen mejor como mormonismo y mormones por el nombre de uno de sus libros sagrados, el “Libro de Mormón.” Resumiendo burdamente su doctrina, sostienen que el cristianismo se desvirtuó después de la crucifixión pero en 1820, Joseph Smith, de 14 años, tuvo una visión en la que Dios le pidió restaurar la verdadera Iglesia, lo que llevó a cabo en 1830. Las creencias mormonas son miradas con suspicacia por el grueso de la población. Los textos sagrados del mormonismo fueron supuestamente escritos por un profeta llamado Mormón sobre unas tabletas de oro y enterradas cerca de Nueva York, en ellas se narra la historia de un grupo de inmigrantes (y de sus descendientes) provenientes de Israel, unos 600 años antes de Cristo, y que serían los antepasados de los indígenas americanos; en ellas también se relata cómo Jesucristo, después de su resurrección, visitó América. Por instrucciones de un ángel estas tabletas fueron desenterradas y traducidas por Smith. Originalmente el mormonismo autorizaba la poligamia (Smith tuvo 33 esposas) y aunque hoy se prohíbe, creen que en el cielo podrán practicarla. Los mormones son probos, trabajadores y austeros, no consumen alcohol, tabaco o café, se oponen al aborto y al matrimonio entre homosexuales, principios estos que, ya imaginamos, les granjea muchos antagonistas.
De lo visto no aparece principio mormón alguno que conlleve contradicción con la legislación estadounidense, sin olvidar lo dispuesto en el artículo VI de la Constitución de los Estados Unidos: “(no se requerirá)… nunca ninguna prueba o requisito religioso para acceder a cualquier oficina o dependencia pública dependiente de los Estados Unidos”. Más aún, varios mormones han sido gobernadores estaduales, Romney, de Massachusetts, hoy hay quince de ellos en el Congreso, incluido el líder de la Mayoría en el Senado, Harry Reid. Así como no fueron impedimento las creencias católicas de Kennedy o la raza de Obama para que llegaran a la Presidencia de la gran potencia, es muy probable que la religión no impida que el próximo ocupante de la Casa Blanca sea un mormón.