LIONEL MORENO GUERRERO | El Nuevo Siglo
Viernes, 22 de Febrero de 2013

El chivo expiatorio cubano

 

A  raíz de la enfermedad de Chávez y la casi total certeza de que en Venezuela habrá pronto un nuevo gobernante, el régimen cubano, que desde el desmoronamiento del sistema comunista soviético ha dependido económicamente de la ayuda del régimen chavista (Venezuela exporta algo más de 100.000 barriles diarios de petróleo a la isla a precios subsidiados, cuyo pago no se hace en dinero sino en asistencia técnica: médicos y maestros cubanos que participan en los programas de ayuda de Chávez) trata, no solo de mantener el control ideológico sobre Caracas, sino que se prepara para una mayor estrechez económica y de culpar a alguien, diferente a su ineficiente sistema económico, por el incremento de las penurias. Este culpable es, naturalmente, el gobierno de Washington y se oyen, de nuevo, acusaciones al “salvaje bloqueo económico” que le imponen los Estados Unidos.

No hay tal bloqueo, cualquier país puede comerciar con Cuba sin que los Estados Unidos interfieran. Colombia, por ejemplo, tiene un activo comercio con la isla, así como lo tienen canadienses, españoles y muchos otros. Washington lo que tiene son restricciones al comercio de ciertos productos con Cuba, los que la isla puede adquirir en cualquier otro país y que, por esta razón, muchas empresarios estadounidenses critican, alegando que les impiden hacer negocios que van a otros países, calculando las pérdidas para la economía americana entre US$ 1.200 y US$ 3.600 millones anuales y los cubanos, a su vez, estiman sus propias pérdidas en US$ 685 millones anuales. Estas restricciones fueron impuestas cuando Castro nacionalizó las inversiones estadounidenses.

El comercio es libre en cuanto a alimentos y medicamentos. Los Estados Unidos son el quinto exportador hacia Cuba, 6,6% de las importaciones cubanas provienen de los Estados Unidos, pero están disminuyendo porque Cuba ha incrementado sus compras de alimentos a otros países como China y Venezuela que le ofrecen ayuda económica y Canadá que ha mejorado sus condiciones financieras, mientras que los Estados Unidos, uno de sus 10 principales socios comerciales, no concede créditos. Cuba importa el 65% de los alimentos que consume. Además del comercio, hay otras restricciones, especialmente al turismo y los ciudadanos estadounidenses no pueden viajar libremente a Cuba, excepto los de origen cubano. La condición que impone Washington para levantar las trabas es una apertura democrática en la isla, lo que Raúl Castro ha comenzado a hacer, aunque muy tímidamente. Llama la atención que las cifras del producto nacional bruto per cápita de Cuba, US$ 10.000 (según poder de compra) son cercanas a las colombianas, US$ 10.700, ¿por qué entonces las diferencias entre el nivel de vida de un colombiano y el de un cubano? La única explicación es que los recursos de los cubanos se van en pagar un enorme aparato represivo y una enorme e ineficiente burocracia. Las penurias económicas cubanas no se deben a los Estados Unidos sino a un régimen dictatorial con un sistema económico que probó su ineptitud en Europa Oriental.