El dilema de la Cumbre
Chávez y sus amigos insisten en colocar a los países americanos en el dilema de optar entre el socialismo del siglo XXI, es decir, la adhesión a las ideas chavistas (y a beneficiarse de su ayuda económica) y los ideales democráticos; entre el ALBA, que agrupa a los gobiernos que creen que la democracia debe ceder ante la demagogia y los que anteponen las libertades al dogmatismo socialista. Esta estrategia se puso en práctica en la última reunión del ALBA a principios de febrero cuando hicieron dos propuestas, una que coloca a tres de sus miembros, Dominica, Saint Vincent y Antigua, en la difícil situación de adoptar sanciones contra Gran Bretaña (por el problema de Argentina y las Malvinas) cuando ellos pertenecen también a la Mancomunidad Británica (Commonwealth) y tienen como Jefa de Estado a la reina Isabel II o disentir de los otros cuatro miembros del ALBA (Venezuela, Bolivia, Nicaragua y Ecuador). Difícilmente se llegue a un acuerdo a este respecto. La otra, una reducida asistencia a la Cumbre de las Américas, de la cual Colombia es anfitriona y que debe reunirse en Cartagena en abril, si Cuba, que no pertenece a la OEA, no es invitada. El problema para el Gobierno colombiano es que debe escoger entre la presencia de Chávez y sus conmilitones o la de Barak Obama, quien ya había anunciado su asistencia.
Nuestra canciller Holguín trató, primero, de convencer a Raúl Castro de no asistir. Esfuerzo inútil. Raúl, obviamente, quiere dividirnos y puso de presente a nuestra ministra que la OEA es algo diferente a las Cumbres, es decir, para Raúl no hay que ser miembro de la OEA para poder estar presente en las Cumbres, contra lo que Colombia y el Secretario General de la OEA parecían sostener. Ahora la Canciller expresa su deseo de obtener un “consenso.” Otro esfuerzo inútil. Los Estados Unidos acaban de ratificar, en términos claros, lo que ya habían dicho, que si Cuba es invitada Obama no viene. Hace dos semanas Washington había declarado que “debe haber mejoras significativas en las libertades políticas y la democracia en Cuba antes de que pueda unirse a la Cumbre” y ahora, por boca de su Secretaria de Estado, dijo “No veo absolutamente ninguna base ni ninguna intención de invitar a Cuba a la Cumbre” y recordó que hace once años, en la Cumbre celebrada en Québec se convino que a estas reuniones sólo se invitaría a “los líderes elegidos democráticamente” y que Raúl Castro no encajaba dentro de esta definición.
Ante esta situación parece claro que no es posible lograr un consenso y el presidente Santos ya debe saber que es imposible complacer a todo el mundo. No hay dudas de que si Chávez, Correa, Morales y Ortega no asisten a la reunión de Cartagena son ellos y no Colombia los que se aíslan del grueso del continente.