Lionel Moreno Guerrero | El Nuevo Siglo
Viernes, 11 de Septiembre de 2015

ACOMODANDO LA LEY

Legislando en La Habana

El  Gobierno quiere que los guerrilleros puedan hacer política una vez firmado el acuerdo de paz y esto, según sus palabras, no les es permitido  por el marco jurídico para la paz. Quiere entonces modificar la Constitución para permitir un partido político de las Farc e, implícitamente, que los cabecillas guerrilleros sean elegidos a las corporaciones públicas.

Dentro de la reforma constitucional planeado está introducirle modificaciones a los procesos de reforma de la Constitución y al de la formación de las leyes, es decir, los debates necesarios para su aprobación, lo que el Presidente llama “los tiempos” para tramitar estas modificaciones. Vale la pena recordar que estos “tiempos”, que no son particulares a Colombia, son los que se consideran indispensables para que a las reformas propuestas se les dé la consideración necesaria para evitar la adopción de medidas precipitadas, leyes circunstanciales, que no mucho después van a ser lamentadas. Ahora, con el argumento de que cualquier concesión a la guerrilla es válida, so pretexto de que la paz es el bien último que todo lo justifica, el Gobierno quiere que el país acepte las concesiones que el Presidente está dispuesto a darles a las Farc con tal de que estas firmen el acuerdo, concesiones de las que conocemos solo algunas, como, según el mismo Santos ha dicho, darles “a dedo” (expresión del Presidente, es decir, sin que tengan los votos suficientes para elegir este número de congresistas) 8 o 10 curules en la Cámara de Representantes y que, él considera, es un precio muy bajo “para parar una guerra de 50 años”. Además, y ya se acordó en La Habana, habrá circunscripciones especiales en regiones afectadas por el conflicto, aunque el número está por determinar.

Hay otras concesiones que desconocemos y que probablemente serán divulgadas una vez el Gobierno haya obtenido las autorizaciones especiales que quiere, por ejemplo, autorización para emitir decretos con fuerza de ley sobre la participación política de las Farc y sobre la justicia transicional, cuántos miembros tendrían las Farc en el “congresito”. El proyecto de reforma constitucional, dice el Gobierno, será “alimentado por lo que se vaya pactando con la guerrilla en la mesa de negociación”. ¿Qué significa esto? ¿Qué las decisiones se toman en La Habana y luego se traen para ser ratificadas por el Presidente? En otras palabras, ya las Farc están modificando la constitución y las leyes conjuntamente con el Gobierno y aquellos a los que el pueblo eligió para ser los legisladores, es decir, dictar las leyes y en casos excepcionales modificar la Constitución, abdicarán de estas funciones. Para el Gobierno la Constitución y las leyes colombianas no están bien hechas y hay que acomodarlas a sus intereses que identifica con el bien común.