Lionel Moreno Guerrero | El Nuevo Siglo
Viernes, 18 de Septiembre de 2015

TRAGEDIA MASIVA

El drama de los refugiados

Las masacres del Medio Oriente y la miseria del África han producido el mayor número de refugiados después de la II Guerra Mundial. Unos 10.000 inmigrantes llegan diariamente a Alemania, al menos 320.000 han llegado a Grecia en lo corrido de este año, unos 440.000 han arriesgado sus vidas atravesando el Mar Mediterráneo y, hasta el mes pasado, 2.748 habían perdido la vida en la travesía, Arabia Saudita dice haber recibido 2.5 millones de sirios en los últimos años, Italia, casi sola, ha recibido el peso de la inmigración del norte de África, etc. etc. Si hemos visto cómo unos 1.100 deportados de Venezuela, más unos 12.000 repatriados voluntarios huyendo de la represión de la Guardia, todos con el mismo idioma y muchos con familiares aquí, han puesto a prueba la capacidad de nuestras autoridades para acogerlos debidamente, imaginémonos por un momento lo que implican para Europa las cifras de refugiados antes mencionadas. Algunos países europeos, como Alemania, que dice estar dispuesta a recibir un millón de refugiados este año y Austria han abierto los brazos a esta inmigración. Otros en menor grado, pero todos han puesto su grano de arena, aunque están llegando al límite. Su infraestructura logística está desbordándose y pesan, además, otras consideraciones, como pérdida de la homogeneidad cultural (cada vez menor) o temor a minorías de difícil asimilación, especialmente las musulmanas que, además, pueden ser de relativamente fácil inducción al extremismo. Ya, antes de este influjo, países como Francia y el Reino Unido han tenido problemas con ellos, como sabemos. Inclusive, algunos países árabes, como los del Golfo tienen estas mismas aprensiones y, si bien han contribuido con dinero para ayudar a acoger a los refugiados en otros países, ellos mismos no los reciben,

El tema de los refugiados se rige por la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados de 1951 (y su Protocolo de 1967) de la cual hacen parte 142 Estados, los que se han obligado a recibir a los refugiados, es decir, a quienes huyen de persecuciones y masacres (no incluye a aquellos que buscan mejores oportunidades económicas). En el caso actual hay algunos que escapan de la pobreza y no tendrían derecho a asilo, de lo contrario más de un continente se vaciaría. Los que sí tratan de salvar sus vidas provienen principalmente de Siria, Irak y Afganistán, aunque también en menor número de algunas regiones de África. Aquellos que califican tienen derecho a que los países de asilo no los castiguen por entrar ilegalmente (Hungría acaba de penalizar el entrar sin permiso), a vivienda, a trabajar, a educación, a salud, a acudir a los tribunales. Esta es una carga pesada difícil de sobrellevar y que presagia dolorosas restricciones. Ojalá que el Occidente logre resolver este doloroso problema humano.